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miércoles, 18 de mayo de 2016

El Sacrificio Continuo y la Crucifixion de Jesús


El mandamiento  acerca del sacrificio continuo ( korban tamíd en hebreo) también conocido como sacrificio diario se encuentra en la Torá dada a Moisés.

Esto es lo que harás sobre el Altar: dos ovejas dentro de su primer año, todos los días, continuamente. Ofrecerás una oveja a la mañana y la segunda oveja a la tarde; y un décimo de efá de harina fina mezclada con un cuarto de hin de aceite revuelto, y una libación de un cuarto de hin de vino por cada oveja. Ofrecerás la segunda oveja a la tarde, como la ofrenda vegetal de la mañana y su libación la ofrecerás, para un aroma agradable, ofrenda de fuego para El Eterno; como continua ofrenda ígnea para tus generaciones, frente a la entrada de la Tienda de la Reunión, ante El Eterno; donde estableceré Mi reunión contigo para hablarte allí. Estableceré allí Mi reunión con los Hijos de Israel, y se santificará con Mi gloria. Santificaré la Tienda de la Reunión y el Altar; y a Aarón y a sus hijos los santificaré para que sean Mis sacerdotes. Haré que Mi Presencia repose entre los Hijos de Israel y Yo seré su Dios. Sabrán que Yo soy El Eterno, Quien los sacó de la tierra de Egipto para hacer que Mi Presencia repose entre ellos. Yo soy El Eterno, su Dios.
(Éxodo 29:38-46 Tora 1999)

El Eterno habló a Moshé (Moisés), diciendo: «Da órdenes a los Hijos de Israel y diles: Mi ofrenda, Mi comida para Mis fuegos, Mi aroma agradable, seréis cuidadosos de ofrendarme en su tiempo designado. Y les dirás: ésta es la ofrenda de fuego que habréis de ofrendar ante El Eterno: corderos machos en su primer año, sin mácula, dos por día, como una continua ofrenda ígnea. Un cordero lo ofrendarás a la mañana y el segundo cordero lo ofrendarás a la tarde, con un décimo de efá de sémola como ofrenda vegetal, mezclado con un cuarto de hin de aceite prensado. Es la ofrenda ígnea continua que se hacía en el Monte del Sinaí, para un aroma agradable, una ofrenda de fuego a El Eterno. Y su libación es un cuarto de hin para un cordero, a ser vertido en el Santo, una libación embriagante para El Eterno. El segundo cordero lo ofrendarás a la tarde; como la ofrenda vegetal de la mañana y como su libación lo ofrendarás, una ofrenda de fuego para un aroma agradable para El Eterno. 
(Números 28:1-8 Tora 1999)

En el libro de los Hechos de los Emisarios (Apóstoles) se nos relata que Pedro y Juan fueron al templo a la hora novena.

Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena,  la de la oración. 
(Hechos 3:1 RV60)

Muy probablemente la hora novena era  también la hora del sacrificio diario de por la tarde. No tenemos un relato el cual nos hable de la hora del sacrificio de la mañana. Pero fuentes extra bíblicas como Flavio Josefo, Filón de Alejandría y la Mishná (la enseñanza oral de la Torá) indican que el sacrificio diario o continuo de la mañana era a la hora tercera. También la Mishná muestra que el tipo de  oraciones que se hacían a la hora tercera y la hora novena. Estas oraciones se conocen como la plegaria de las dieciocho bendiciones (Shemoné Esré) también conocida como la amidá y se enfocan en cuatro aspectos: la redención, el perdón de los pecados, la llegada del Mesías y la resurreción de entre los muertos. Por ejemplo:

(7)Geulá גאולה "Redención". Alaba a Dios como el redentor de Israel.
(6)Selijá סליחה "Perdón". Se pide a Dios perdón
(15)Birkat David ברכת דוד "Bendición de David". Se pide a Dios que traiga pronto al descendiente de David, el Mesías judío.
(2)Gevurot גבורות "Poderes". Reconoce la Fuerza y el Poder de Dios, en donde se menciona la sanidad y la salud que vienen de Dios y la Resurección de los Muertos "Tejiyat Hametim".


Aunque sabemos que probablemente las plegarias de la amidá de hoy día no sean semejantes a las del primer siglo sabemos que eran hechas a la hora tercera y la hora novena.

Curiosamente la hora tercera y la hora novena fue el período de tiempo que duró la crucificción de Jesús aquel día 14 del primer mes del calendario hebreo hace casi dos mil años. Los Evangelios relatan.

Era la hora tercera cuando le crucificaron. 
(Marcos 15:25 RV60)

Cuando era como la hora sexta,  hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y el sol se oscureció,  y el velo del templo se rasgó por la mitad. Entonces Jesús,  clamando a gran voz,  dijo:  Padre,  en tus manos encomiendo mi espíritu.  Y habiendo dicho esto,  expiró. 
(Lucas 23:44-46 RV60)

Mientras los Judíos hacían la amidá ese día el Mesías tan esperado y anhelado estaba poniéndose así mismo como expiación por los pecados del pueblo tal como fue anunciado por el mensajero Gabriel y profetizado por Daniel.

Y dará a luz un hijo,  y llamarás su nombre JESÚS,  porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
(Mateo 1:21 RV60)

Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad,  para terminar la prevaricación,  y poner fin al pecado,  y expiar la iniquidad,  para traer la justicia perdurable,  y sellar la visión y la profecía,  y ungir al Santo de los santos. Sabe,  pues,  y entiende,  que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe,  habrá siete semanas,  y sesenta y dos semanas;  se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías,  mas no por sí;  y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario;  y su fin será con inundación,  y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 
(Daniel 9:24-26 RV60)


Con esto podemos ver que Jesús no solo es el sacrificio de la Pascua.

Limpiaos,  pues,  de la vieja levadura,  para que seáis nueva masa,  sin levadura como sois;  porque nuestra pascua,  que es Cristo,  ya fue sacrificada por nosotros. 
(1 Corintios 5:7 RV60)

Sino tambíén el sacrifico diario o continuo que quita el pecado del mundo.

El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él,  y dijo:  He aquí el Cordero de Dios,  que quita el pecado del mundo. 
(Juan 1:29 RV60)

Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez,  y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos;  y aparecerá por segunda vez,  sin relación con el pecado,  para salvar a los que le esperan. 
(Hebreos 9:27-28 RV60)

Con todo eso,  Jehová quiso quebrantarlo,  sujetándole a padecimiento.  Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado,  verá linaje,  vivirá por largos días,  y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma,  y quedará satisfecho;  por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos,  y llevará las iniquidades de ellos. 
(Isaías 53:10-11 RV60)


Fuentes: