miércoles, 10 de septiembre de 2008

El judaísmo nazareno no es cristianismo

Interesante articulo acerca de lo que es el judaísmo mesianico y el cristianismo que mucho de nosotros desconocemos hoy dia. Leer articulo aquí.

(http://espanol.geocities.com/menazuri/nazareno_nocristianismo.html)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Por casi dos mil años, los cristianos han tratado de convertir al judío. Y durante todo ese tiempo, el judío se ha resistido a semejantes propuestas. Pero, ¿por qué? ¿Por qué nosotros no aceptamos a Jesús? En resumen, ¿por qué nosotros no somos cristianos?

A fin de entender esto, debemos llegar al origen de las creencias cristianas. El cristianismo empezó con un judío. Jesús vivió como judío, aproximadamente en la misma época que muchos de nuestros más grandes sabios talmúdicos. El gran Hillel vivió justamente una generación antes, y Rabí Akiba, una generación después. Nuestras propias fuentes, sin embargo, registran muy poco acerca de la vida de Jesús. Todo lo que sabemos acerca de él se encuentra en los Evangelios del Nuevo Testamento, un libro escrito por y para la iglesia cristiana inicial. Este libro, sin embargo, fue escrito originalmente para promover la causa del cristianismo y, por lo tanto, es imposible separar la persona histórica de Jesús, del "Cristo" requerido por la teología cristiana inicial.

Poco tiempo después de la muerte de Jesús, encontramos un cambio notable en las enseñanzas de sus seguidores. El cristianismo tal como lo conocemos, empezó en este período con el trabajo de Pablo de Tarso. Pablo, en un principio conocido como Saúl, fue discípulo del gran talmudista Rabí Gamliel, e inició su carrera oponiéndose activamente a los primeros cristianos. En un incidente dramático en el camino a Damasco, Pablo se convirtió al cristianismo y, posteriormente, se volvió uno de sus principales líderes. A pesar de que él nunca vio a Jesús en vida, afirmaba haber hablado con él en espíritu. Bajo el liderazgo de Pablo, muchas de las doctrinas distintivas del cristianismo fueron proclamadas por primera vez y, en su mayoría, nunca fueron cambiadas. Sus enseñanzas están registradas en sus Epístolas que forman la segunda parte del Nuevo Testamento.

Entre las enseñanzas principales de Pablo, encontramos lo siguiente:

Jesús fue el Mesías o Cristo predicho por los Profetas de la Biblia y esperado por los judíos. Él también es el hijo de D-os y, como cualquier hijo, es esencialmente lo mismo que su Padre.


El hombre es malvado y pecador. Toda la humanidad está condenada debido al pecado de Adam. La Torá no puede salvar al hombre, ya que sus muchos mandamientos dificultan su cumplimiento. Lo único que puede prevenir la total condenación en el infierno es la creencia en Cristo.


Los judíos originalmente fueron el pueblo elegido de D-os, pero fueron rechazados por haberse negado a aceptar a Su hijo Jesús. El nombre "Israel", el pueblo elegido de D-os, no es llevado más por el judío, sino por aquéllos que aceptan a Jesús como el Mesías. Sólo éstos comparten el amor de D-os. Todos los demás están condenados al infierno.


Existe solamente una ley ahora que Cristo ha venido y ésta es el amor. Uno debe seguir el ejemplo del sacrificio de Cristo y esperar pacientemente que D-os sea benévolo a cambio.

Anónimo dijo...

El judío se niega a aceptar la excusa de que las principales profecías concernientes al Mesías serán cumplidas solamente en una "segunda venida". Él espera que el Mesías complete su misión en su primer intento. Por lo tanto, el judío cree que el Mesías está aún por llegar.

Pero también existe en juego otra importante cuestión además de la mera identidad del Mesías. El cristianismo enseña que Jesús fue también D-os en forma humana. El judío ve esto como una idea totalmente equivocada acerca de D-os. Hace a D-os muy pequeño, pues al afirmar que Él puede asumir la forma humana, disminuye Su unidad y Su divinidad.

Estamos en desacuerdo con el cristianismo no sólo con respecto a su creencia, sino también en relación con lo que el hombre debe hacer. El cristianismo tiende a negar que las acciones del hombre son finalmente muy útiles. Lo único que puede salvar al hombre es la total desesperanza en su propia maldad y su total dependencia en D-os. El judío, por otro lado, cree que el hombre puede acercarse a D-os obedeciéndolo y cumpliendo Sus mandamientos.

El cristianismo empieza con una idea acerca del hombre, mientras que el judaísmo parte exactamente con la idea opuesta.
El judaísmo empieza con la idea de que el hombre es creado a "semejanza de D-os". Por lo tanto, no tiene que ir muy lejos para descubrir lo divino en él y en los demás. Siempre existe la oportunidad de despertar lo divino en uno mismo obedeciendo los mandamientos de D-os. El judío empieza con esta oportunidad.

El cristianismo, por el otro lado, empieza con el supuesto de que el hombre es depravado y pecador. Abandonado a su suerte, el hombre está totalmente condenado. Está implicado naturalmente con el mal, y debe hacer algo para ser salvado de éste.

La primera pregunta que el cristiano se hace es: "¿qué tengo que hacer para ser salvado?". Para el judío, esta pregunta casi no tiene sentido. Ésta no es en lo absoluto la forma de pensar judía. El judío se pregunta: ¿cómo puedo servir a D-os? ¿Cómo puedo cumplir sus mandamientos? El enfoque central del judaísmo es obedecer los mandamientos de la Torá. Vemos al hombre y observamos su grandeza, ya que él puede obedecer estos mandamientos y cumplir la voluntad de D-os.

El cristianismo enseña que el hombre es tan malvado que realmente nunca puede servir a D-os. La Torá es demasiado difícil para el hombre. Lo único que el hombre puede hacer es creer en Cristo y esperar su salvación.

El judío responde que el hecho de que D-os Mismo nos haya dado sus mandamientos y nos haya dicho que los obedeciéramos, nos enseña que sí podemos servir a D-os y cumplir Su voluntad. Es inconcebible que D-os le diera a Su pueblo una Torá que fuese imposible de cumplir.

A pesar de que todos los discípulos de Jesús fueron judíos, no pudieron convencer a sus correligionarios de sus enseñanzas. Los dogmas iniciales del cristianismo parecían más cercanos a los de los gentiles paganos que a los de los judíos. El cristianismo fue rechazado cada vez más por los judíos y aceptado por los gentiles. De ese modo, se desarrolló gradualmente una iglesia gentil y su actitud hacia los judíos se volvió cada vez más hostil. El cristianismo apeló constantemente a los judíos a la conversión, recurriendo algunas veces a la crueldad y a la fuerza, pero el judío se mantuvo firme. El cristianismo pudo haber cambiado la historia de la humanidad, pero nunca pudo persuadir a los judíos. El judío resistió por su Torá y siguió su propio camino.

En esencia, hay dos enseñanzas cristianas que el judío nunca podría aceptar. El cristianismo enseña que D-os asumió la forma humana en Jesús y que la Torá ya no tenía importancia. El judío rechazó estos dogmas, aun bajo pena de muerte.

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Anónimo dijo...

Por un motivo: nosotros no vemos ninguna evidencia de que Jesús haya sido el Mesías esperado por Israel. La promesa mesiánica incluye cosas tales como paz perfecta y unidad entre los hombres; amor y verdad, conocimiento universal y felicidad imperturbable, así como el fin de la maldad, la idolatría, la falsedad y el odio. Ninguna de estas cosas ha sido realizada por el cristianismo.

La respuesta cristiana a esto, es la simple afirmación de que todas las cosas sí han cambiado con la llegada de Jesús. Si el cambio no es visible se debe a que el hombre es malvado y no ha aceptado realmente a Jesús y sus enseñanzas. Así, el Mesías o Cristo, tendrá que regresar, a fin de probar su victoria.

Antonio Sotelo dijo...

"Los judíos originalmente fueron el pueblo elegido de D-os, pero fueron rechazados por haberse negado a aceptar a Su hijo Jesús. El nombre "Israel", el pueblo elegido de D-os, no es llevado más por el judío, sino por aquéllos que aceptan a Jesús como el Mesías. Sólo éstos comparten el amor de D-os. Todos los demás están condenados al infierno."

Estimado Anónimo:

Pablo dijo:
Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín (Romanos 11:1 RV60)

Israel - es el Pueblo de Dios

(Efesios 2:12 VIN) Y acuérdense de que en aquel tiempo estaban sin el Mashíaj, apartados de la ciudadanía de Yisrael y ajenos a las alianzas de la promesa, estando sin esperanza y sin Elohim en el mundo.

(Gálatas 3:29 VIN) Y ya que son del Mashíaj, ciertamente son descendencia de Avraham, herederos conforme a la promesa.

(Efesios 2:19 VIN) Por lo tanto, ustedes ya no son extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los consagrados y miembros de la familia de YHWH.

Antonio Sotelo dijo...

"En esencia, hay dos enseñanzas cristianas que el judío nunca podría aceptar. El cristianismo enseña que D-os asumió la forma humana en Jesús y que la Torá ya no tenía importancia. El judío rechazó estos dogmas, aun bajo pena de muerte."

Estimado Anónimo:

Yo no soy judio y vengo de un contexto cristiano y estoy uy de acuerdo con la declaracion arriba:
Jesus no es Dios y la Tora no ha sido abolida.

Amen.

Hay "cristianos" como yo que creemos que Ezequiel 37 se está cumpliendo en nuestros días. Llegará el día que las dos varas seran una sola en la mano del Todopoderoso y de su Mesias Yeshua.

Anónimo dijo...

en malaquias dice...
4:5 He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.
4:6 El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.

elias ya vino, fue juan el bautista, y el mesias tambien, esperen la segunda venida se sorprenderan al saber que es el mismo jesus.