Somos gente que se encontraba sola, aunque la mayoría teníamos muchos amigos. Algunos de nosotros teníamos mucho éxito en lo que hacíamos, y otros éramos un fracaso sin remedio.
Veníamos de todas partes y habíamos hecho de todo, en nuestro intento de darle sentido a nuestras vidas. No importaba lo que hiciéramos, siempre terminábamos sintiéndonos sucios por dentro.
Fuimos heridos profundamente por los efectos de la desconfianza y de relaciones dañinas. Algunos luchábamos para ser aceptados, para conseguir dinero y cualquier otra cosa que nos pudiera dar confort. Otros soñábamos con una vida mejor, pero la mayoría nos habíamos dado por vencidos, conformándonos y consintiendo con el hecho de que “así son las cosas”. Estábamos esparcidos, perdidos y sin dirección, ocupándonos de nuestros propios asuntos.
Un día escuchamos una voz exponiendo el vacío en nuestras vidas. Una voz que estaba en perfecta concordancia con lo que añorábamos en nuestros corazones. En toda nuestra vida no fuimos capaces de confiar, y de alguna manera esa voz de esperanza nos desarmó por completo. La voz venía, de una gente cuyas conciencias habían sido lavadas de toda suciedad, y por ello tenían una conciencia limpia y disfrutaban de una vida absolutamente nueva. Una vida nueva que ofrecían de todo corazón a aquel que lo deseaba.
Y así, ahora, compartimos juntos nuestras vidas, ya no estamos separados por diferencias raciales, de educación, de apariencia, posición o lugar de procedencia. En vez de eso, nos dedicamos a servir a nuestros hermanos y hermanas, y como ellos hacen lo mismo, a nadie le falta de nada. Esta nueva vida nos ha dado el poder para cuidar unos de otros.
Odiamos la muerte, la guerra, la aflicción, el hambre, el asesinato, la injusticia, la avaricia y el egoísmo, que está conduciendo el mundo a la destrucción. A nosotros nos gustaría poder ver que todo esto llegue a su final. Deseamos que mucha más gente pueda oír esta voz de esperanza que nosotros oímos para que vengan y vean nuestra vida. Nos entusiasma poder invitarte y que veas que lo que hablamos es una realidad.
Somos una comunidad y por comunidad no nos referimos a una localidad o bloque de pisos; tampoco nos referimos a una asociación de individuos que viven cerca unos de otros; y mucho menos aún nos referimos a una organización religiosa, cuyo enfoque es juntarse una vez por semana.
Para nosotros, “comunidad” significa que los miembros tienen tanto amor los unos por los otros, que son de una misma mente y de un mismo corazón, compartiéndolo todo, teniendo todo en común, viviendo juntos, comiendo juntos, siendo fieles unos a otros y a aquel que nos ha salvado de la miseria y de la muerte.
A quién seguimos:
Yahshua
Hubo un hombre cuya vida fue como el paso de un cometa: breve e intensa. ¿Quién era? Nunca brilló una luz como la que irradiaba este hombre. Sus palabras afectaron profundamente a aquellos que las escucharon. Algunos abandonaron sus casas, familias, trabajos y posesiones para seguirle. Otros se ofendieron, odiaron su mensaje y tramaron su muerte.
¿De qué hablaba este hombre que causó tanto revuelo? Proclamó buenas noticias: que si crees en Él y obedeces sus palabras, conocerás la verdad, y la verdad te hará libre. Libre del egoísmo, libre de todas las cosas que hacemos que nos destruyen y destruyen las vidas de los demás. ¿Puedes imaginarte? Los que estaban hartos de vivir como esclavos, sufriendo los efectos del pecado, la soledad, la degeneración progresiva de sus almas y cuerpos; los que sabían que tenía que haber algo más en la vida que envejecer y morir, algo más que pagar las consecuencias del desorden, los que anhelaban ver algo puro, hermoso, integral y santo en la tierra, esos recibían esperanza.
Era un hombre sencillo, como un niño. Escuchaba a la gente cuando le hablaba. Sus oídos percibían las aflicciones de los corazones y Él respondía con la verdad. Le entristecía ver el corazón humano endurecido, lo poco que se preocupaban unos por otros, el desprecio por el débil... y le dolía ver que los hombres habían sustituido, por ritos y tradiciones, la relación personal con Dios.
Se mantuvo puro toda su vida. Podía mirar a la gente a los ojos con amor sincero y comprensión y hablarles con valentía la verdad, simple y directamente. No le gobernaban caprichos egoístas ni se dejaba llevar por los estándares del mundo, la influencia de las modas y las corrientes que arrastraban a tantos. Su satisfacción y placer venía de llevar a cabo las obras que su Dios le había encomendado.
No era un hombre complicado, no era difícil seguir lo que hablaba y nadie tenía que ser un genio para ser su discípulo. Vino a inaugurar un nuevo Israel, una nueva sociedad libre de la maldición. Aunque era Hijo de Dios no se aprovechó de ello sino que caminó como hijo de hombre. Pasó hambre, sufrió y aguantó pruebas como hombre. Sufrió lo inimaginable.
Ha sido y es víctima de una gran campaña que distorsiona su imagen. Su sorprendente mensaje y sus mandamientos han sido intelectualizados con un millón de palabras vacías, todo para no obedecerlos.
Le hemos perdido de vista en el polvo de una oleada de estampitas de santos y relicarios. Toda esta distorsión le ha hecho irreal para la gran mayoría. La deformación de su imagen ha distorsionado su nombre también.
A pesar de toda la injusticia que trata de suprimir la verdad, Él cumplió su misión. Se hizo hombre y vivió como tal para identificarse totalmente con nosotros y cargar con nuestra culpa, para llevársela a las regiones más profundas de la muerte. La calidad de su vida fue tan pura que la muerte no pudo vencerle.
Su muerte y resurrección abrió la puerta a una alianza de vida y paz con nuestro Creador.
De los que se sienten conmovidos al escuchar su palabra dice: "Estas son mis ovejas que escuchan mi voz, la reconocen y me siguen". Él es el Buen Pastor.
La vida que Él estableció no tiene fin, es eterna y un día va a llenar la tierra y luego todo el universo. A pesar de todo lo que escuchamos en el pasado, ahora sabemos que su nombre es SALVACIÓN.
Así le llaman los que Él está reuniendo para formar su pueblo. Su nombre es Verdadero porque significa y define quién es Él. Su nombre es Yahshua.
YAHSHUA es el nombre hebreo del Hijo de Dios. Es como le llamaron Myriam (María) y Yoseph (José), cuando nació, como dicen Lucas 1. 31, y Mateo 1. 21.
En hebreo, el nombre Yahshua significa Dios es poderoso para salvar, compuesto de Yah, el nombre del Padre (como en Halleluyah, que significa alabad a Yah), y Shua, que significa Poder y autoridad para salvar. Nosotros le llamamos Yahshua porque ese es su verdadero nombre. Un nombre maravilloso, lleno de significado y propósito.
Yahshua es el Nombre sobre todo nombre.
En hebreo, el nombre Yahshua significa Dios es poderoso para salvar, compuesto de Yah, el nombre del Padre (como en Halleluyah, que significa alabad a Yah), y Shua, que significa Poder y autoridad para salvar. Nosotros le llamamos Yahshua porque ese es su verdadero nombre. Un nombre maravilloso, lleno de significado y propósito.
Yahshua es el Nombre sobre todo nombre.
Tomado de: http://www.docetribus.com/web/Paginas-web/Doce_Tribus_Quienes_Somos.html
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