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domingo, 13 de abril de 2014

Narración para la cena de Pesaj

Y él respondió: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Avraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Jarán, y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré. Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, Di-os le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora. Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando aún no tenía hijo. Y le dijo Di-os así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años. Mas yo juzgaré, dijo Di-os, a la nación de la cual serán esclavos; y después de que estas cosas hayan ocurrido, saldrán y me servirán en este lugar. Y le dio la Alianza de la Circuncisión; y así Avraham engendró a Yitzjak y le circuncidó al octavo día; Yitzjak a Ya'akov y Ya'akov a los doce patriarcas. Los patriarcas, por envidia, vendieron a Yosef para Egipto; pero Di-os estaba con él, y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, quien lo puso a gobernar sobre Egipto y toda su casa. Vino entonces hambre en todo Egipto y Kanaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos. Mas al saber Yaakov que había alimentos en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez. Y en la segunda, fue introducido al faraón, la familia de Yosef. Yosef entonces, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su familia, en número de setenta y cinco almas. Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él, y también nuestros padres; y fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que Avraham, por precio de plata, compró de los hijos de Jamor en Siquem Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Di-os había dicho a Avraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto, hasta que se levantó en Egipto otro rey que no conocía a Yosef. Éste, usando de astucia con nuestro pueblo, maltrató a nuestros padres, a fin de que expusiesen a la muerte a sus infantes de pecho, para que no sobrevivieran. Fue para entonces que nació Moshé, y fue agradable a Di-os; y fue criado tres meses en casa de su padre. Mas cuando fue colocado a la intemperie, la hija de Faraón le recogió y le adoptó como a hijo suyo. Y fue educado Moshé en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras. Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Y al ver a uno que era maltratado injustamente, lo defendió, e hiriendo de muerte al egipcio, vengó al abusado. Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Di-os les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo entendieron. Y al día siguiente, se presentó a unos que reñían, e intentaba ponerlos en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os maltratáis el uno al otro? Entonces el que golpeaba más a su prójimo le rechazó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? ¿Quieres tú matarme, como mataste ayer al egipcio? Ante esta palabra, Moshé huyó, y se hizo extranjero en tierra de Madián, donde engendró dos hijos. Pasados cuarenta años, un maláj se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en llama de fuego de una zarza. Entonces Moshé, mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz de YHWH: Yo soy el Di-os de tus padres, Di-os de Avraham, el de Yitzjak, y el de Ya'akov. Y Moshé, temblando, no se atrevía a mirar. Y le dijo YHWH: Quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra sagrada. Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, para enviarte a Egipto. A este Moshé, a quien rechazaron, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a éste lo envió Di-os como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza. Este los sacó, habiendo hecho prodigios y señales milagrosas en tierra de Egipto, y en el Mar de Suf, y en el desierto por cuarenta años. Este Moshé es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará YHWH vuestro Di-os de entre vuestros hermanos, como a mí. 
(Hechos 7:2-37 CDG)

El Di-os de este pueblo de Israel escogió a nuestros padres, y enalteció al pueblo, siendo ellos extranjeros en tierra de Egipto, y con brazo alzado los sacó de ella. Y por un tiempo como de cuarenta años los sustentó en el desierto; y habiendo destruido siete naciones en la tierra de Kanaán, dio sus tierras en herencia. Esto duró como cuatrocientos cincuenta años. Después, les dio jueces hasta el profeta Samuel. Fue entonces que pidieron rey, y Dios les dio a Saúl hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, por cuarenta años. Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que Yo quiero. De la simiente de éste, y conforme a la promesa, Di-os levantó a Yeshua por Salvador para Israel. Su llegada fue precedida por la proclama de Yohanán demandando una purificación en agua como señal de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel. Mas cuando Yohanán terminaba su carrera, dijo: ¿Qué? ¿Pensáis que yo soy? Yo no soy; mas he aquí viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar la sandalia de sus pies. Varones hermanos, hijos del linaje de Avraham, y los que entre vosotros teméis a Di-os, a nosotros fue enviada la palabra de esta salvación. Porque los gobernantes de Yerushaláyim y los que estaban morando con ellos, no reconociendo su identidad, ni la promesa de redención pasada oralmente por los profetas que se leen cada Shabat, las cumplieron al condenarle. Y sin hallar causa digna de muerte, pidieron a Pilato que se lo mataran. Y habiendo cumplido todas las cosas que estaban escritas acerca de él, bajándolo del madero, lo pusieron en un sepulcro. Mas Di-os le levantó de entre los muertos. Y se apareció durante muchos días a los que habían subido juntamente con él de Galilea a Yerushaláyim, los cuales son sus testigos ante el pueblo. Y nosotros también os anunciamos las maravillosas noticias de la promesa dada a los padres, la cual Di-os ha cumplido a nosotros, los hijos de ellos, resucitando a Yeshua; como está escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy. 
(Hechos 13:17-33 CDG)

A este Yeshua resucitó Di-os, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado a la diestra de Di-os, y habiendo recibido del Padre la promesa de la Rúaj HaKodesh, derramó esto que vosotros veis y oís. Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo ADONAI a mi Adón: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Sepa, pues, toda la casa de Israel, sin la menor sombra de duda, que a este Yeshua a quien vosotros colgasteis del madero, Di-os lo hizo Adón y Mashiaj. 
(Hechos 2:32-36 CDG)

Por eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Tzadik vea corrupción. Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación haciendo la voluntad de Di-os, durmió, y aunque tuvo más alto honor que sus padres, vio corrupción. Mas aquel a quien Di-os levantó, no vio corrupción. Sabed, pues, varones hermanos: que por medio de éste tzadik os es anunciado perdón de pecados intencionales, y que de todo aquello de que por la ley de Moshé no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree. Mirad, pues, que no venga sobre vosotros lo que está dicho en los profetas: Mirad, entre las naciones y observad y maravillaos; Porque he aquí que en vuestros días voy a hacer una Obra que no creeréis, aunque os la cuenten 
(Hechos 13:35-41 CDG)


Hemos sido liberados de la esclavitud del pecado

¿Qué, diremos entonces? ¿Perseveremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡Ni se les ocurra semejante idea! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido purificados ritualmente en Mashiaj Yeshua, lo fuimos en su muerte? Porque mostramos que fuimos sepultados juntamente con él para muerte por el acto de inmersión ritual en agua, para que así como Mashiaj fue levantado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros podamos ser declarados nacidos de nuevo. Porque si fuimos injertados en él para identificarnos en semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue clavado al madero juntamente con él, para que la mala inclinación sea destruida, a fin de que no seamos más esclavos servidores del pecado. 
(Romanos 6:1-6 CDG)

Limpiad, pues, la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; pues nuestra ofrenda pascual, que es Mashiaj, ya fue sacrificada. Así que santifiquemos la fiesta, sin nada de levadura vieja, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad. 
(1 Corintios 5:7-8 CDG)


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