sábado, 12 de diciembre de 2015

¡Roma no es el Anti-Cristo!

Y se le permitió hacer guerra contra los santos,  y vencerlos.  También se le dio autoridad sobre toda tribu,  pueblo,  lengua y nación. 
(Apocalipsis 13:7 RV60)

Miré,  y he aquí un caballo amarillo,  y el que lo montaba tenía por nombre Muerte,  y el Hades le seguía;  y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra,  para matar con espada,  con hambre,  con mortandad,  y con las fieras de la tierra. Cuando abrió el quinto sello,  vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz,  diciendo:  ¿Hasta cuándo,  Señor,  santo y verdadero,  no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas,  y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo,  hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos,  que también habían de ser muertos como ellos. 
(Apocalipsis 6:8-11 RV60)

Y vi tronos,  y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar;  y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios,  los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen,  y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos;  y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 
(Apocalipsis 20:4 RV60)








La TV de Hamas también optó por emitir un comunicado del ex primer ministro de Hamas, Ismail Haniyeh en el que declaró: “Nosotros amamos la muerte como nuestros enemigos aman la vida. Amamos el Martirio”.
Fuente: http://unitedwithisrael.org/es/hamas-amamos-la-muerte-tanto-como-los-israelies-aman-la-vida/ 


Bienaventurado el hombre que me escucha, 
 Velando a mis puertas cada día, 
 Aguardando a los postes de mis puertas. Porque el que me halle,  hallará la vida, 
 Y alcanzará el favor de Jehová. Mas el que peca contra mí,  defrauda su alma; 
 Todos los que me aborrecen aman la muerte. 
(Proverbios 8:34-36 RV60)

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo,  sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree,  no es condenado;  pero el que no cree,  ya ha sido condenado,  porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación:  que la luz vino al mundo,  y los hombres amaron más las tinieblas que la luz,  porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo,  aborrece la luz y no viene a la luz,  para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz,  para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. 
(Juan 3:17-21 RV60)


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