viernes, 18 de julio de 2008

La Salvación y la Pre-Destinación

Nosostros no merecemos la salvación. La salvación no se puede ganar por nuestros esfuerzos ni por nuestros deseos. Dios ha escogido los que han de ser salvos por su soberana voluntad. También ha destinado a otros para condenación.

¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece. Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?
(Romanos 9:14-21 RV60)
Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?
(Daniel 4:35 RV1960)
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
(2 Tesalonisenses 2:13-14 RV60)

Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.
(Judas 1:4 RV1960)

Vemos en estos pasajes la absoluta soberana voluntad de Dios para escoger a los que han de ser salvos, que han de ser llamados por medio del predicación de la Palabra de Dios, y destinar a los demás a la condenación.

pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos.
(Juan 10:26-30 RV60)
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
(Juan 15:16 RV1960)
Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme. Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;
(2 Pedro 2:2-4 RV60)

El perdón de Dios es un regalo de Dios que no merecemos, Dios no perdonó a los angeles que pecaron ni tiene que perdonarnos a nosotros, su justicia es absolutamente justa y debido a ésta no merecemos el perdón pero por su misericordia el nos perdona.

Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies.
(Nahum 1:3 RV60)

Alabad a Jehová, porque él es bueno,

Porque para siempre es su misericordia.

(Salmos 136:1 RV60)


Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
(Romanos 9:16 RV1960)

Es en el contexto de todos estos pasajes que debemos entender los siguientes pasajes:

Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?
(Ezequiel 33:11 RV60)

Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
(Efesios 2:1-3 RV60)

El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
(2 Pedro 3:9 RV60)

Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
(Mateo 1:21 RV60)

Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos;
(Deuteronomio 7:6-7 RV60)

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
(Juan 3:16 RV60)

Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
(1 Juan 2:2 RV60)

Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.
(1 Juan 5:19 RV60)


Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
(1 Juan 3:1 RV60)

Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.
(1 Juan 4:14 RV60)


Todos estos pasajes hablan a los escogidos de Dios, su pueblo. Tanto como Ezequiel, Pablo, Pedro, Mateo, Moisés y Juan les estaban hablando al pueblo de Dios, el Israel de Dios, la Iglesia y no a los demás; pues la predicación es el llamado a los escogidos de Dios.


La soberanía de Dios está por encima de la autonomía del hombre siempre. Nuestra libertad no es completamente libre sino limitada a la soberanía de Dios.


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