Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
(Lucas 4:16 RV60)
Muchas veces he escuchado decir que Jesús y Pablo fundaron una nueva religión llamada Cristianismo; que después de la resurrección de Cristo comenzaron a reunirse los domingos y se fundó la Iglesia Cristiana en el día de Pentecostés. Sin embargo todo esto es una distorción completa de la interpretación de la Escritura para poder justificar el Cristianismo moderno que conocemos hoy día.
Lo primero que nos encontramos al leer el Nuevo Testamento es que nuestro Maestro es judío y como judío enseñaba las Escrituras Hebreas o Antiguo Testamento, en su época no existía el Nuevo Testamento pues fue a partir de él que se escribió. Tanto él como sus apóstoles enseñaban usando el Antiguo Testamento solamente.
Lo segundo que encontramos es que nuestro Maestro enseñaba en el día séptimo de la semana, el sábado y no el domingo. Estas enseñanzas se llevaban a cabo en la sinagogas y no en iglesias. ¿Qué pasó entonces?
La historía demuestra que debido a la situación política de Israel en aquella época ocurrieron disturbios que ocasionaron que el ejército romano tomara el control de Jerusalén y destruyera el templo y finalmente expulsaran a todos los judios de Jerusalén. Estas luchas hicieron que los nuevos creyentes en el Mesías judio, quienes comenzaban ser mayoritariamente gentiles o no judios y judios helenizados se distanciaran de las raíces judías y mezclaran sus creencias no judias con la verdadera fe creando un nuevo sistema religioso que se conoce hoy como el Cristianismo.
Todos aquellos como yo que queremos reformar o volver a la fe original de los apóstoles nos hemos dado cuenta que el trabajo hecho por los reformadores del siglo XV y XVI no ha sido suficiente ya que realmemente lo que hicieron fue desligarse de la autoridad papal y del Vaticano para crear una gran variedad de pequeñas entidades eclesiásticas muy parecidas al Vaticano en su estructura jerárquica y doctrinal que conocemos hoy como denominaciones protestantes o evangélicas.
Esto ha creado en el creyente nuevo una gran confusión ya que todas las denominaciones cristianas se autoproclaman tener la verdad y difieren de una con las otras. La solución a este problema no se encuentra en la tolerancia religiosa y sincretismo religioso de nuestros días sino de hacer un esfuerzo por verdaderamente estudiar la Biblia, teniéndola como única autoridad final, en su contexto histórico y cultural para poder entender lo que nos ha sido legado y regresar a la fe original, al camino original que existía antes de que ocurriera la distorción que hizo que nos alejaramos de nuestros hermanos judios para crear un nuevo sistema religioso.
El sentido común nos dice que ésta es la única forma de realmente vivir la fe original de los apóstoles. Todos ellos fueron judíos y vivieron como judíos. Ninguno de ellos promovió el helenismo griego o romano sino el judaísmo del primer siglo el cual esperaba a su Mesías, a su Rey y ellos los habían encontrado en la persona de Yeshua (Jesús) de Nazaret.
Lucas 13:10 RV60
(10) Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo;
Juan 18:20 RV60
(20) Jesús le respondió: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto.
Hechos 13:42 RV60
(42) Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente día de reposo les hablasen de estas cosas.
Hechos 14:1 RV60
(1) Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos.
Hechos 18:4 RV60
(4) Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos.
Hechos 18:8 RV60
(8) Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados.
Hechos 18:17 RV60
(17) Entonces todos los griegos, apoderándose de Sóstenes, principal de la sinagoga, le golpeaban delante del tribunal; pero a Galión nada se le daba de ello.
Hechos 19:8 RV60
(8) Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios.
Todos los pasajes anteriores demuestran que tanto Jesús como Pablo y los demás se reunían en las sinagogas en el día de shabat o reposo semanal, el séptimo día, y no el domingo en iglesias como se nos pretende enseñar. Las Sagradas Escrituras son claras, ellas no confunden a nadie, las interpretaciones que los seres humanos hacen de ella son las que traen la confusión. Si verdaderamente creemos que la Biblia es la palabra inspirada de Dios y que es nuestra autoridad final entonces debemos regirnos por ella y no por enseñanzas denominacionales y religiosas. Usted tiene libre albedrio, voluntad propia para escoger si obedecer a Dios o a los hombres.
¡Paz!
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