miércoles, 5 de septiembre de 2012

La verdadera esperanza



Ponga mucha atención a los siguientes textos de las Escrituras, ¿qué relación tienen entre sí?

Y sucederá en aquel día que el SEÑOR trillará desde la corriente del Eufrates hasta el torrente de Egipto, y vosotros seréis recogidos uno a uno, oh hijos de Israel. Sucederá también en aquel día que se tocará una gran trompeta, y los que perecían en la tierra de Asiria y los desterrados en la tierra de Egipto, vendrán y adorarán al SEÑOR en el monte santo en Jerusalén.
(Isaías 27:12-13 LBLA)

Fortaleceré la casa de Judá y la casa de José salvaré, y los haré volver porque me he compadecido de ellos; y serán como si no los hubiera rechazado, porque yo soy el SEÑOR su Dios, y les responderé. Efraín será como un valiente, y se alegrará su corazón como por el vino; sus hijos lo verán y se alegrarán, y se regocijará su corazón en el SEÑOR. Y les silbaré para reunirlos, porque los he redimido; y serán tan numerosos como eran. Cuando yo los esparza entre los pueblos, aun en lejanas tierras se acordarán de mí, y vivirán con sus hijos, y volverán. Los haré volver de la tierra de Egipto, y de Asiria los recogeré; los traeré a la tierra de Galaad y del Líbano, hasta que no haya sitio para ellos. Pasarán por el mar de la angustia, y El herirá las olas en el mar y se secarán todas las profundidades del Nilo; y será abatido el orgullo de Asiria y apartado el cetro de Egipto. 
(Zacarías 10:6-11 LBLA)

Y el SEÑOR destruirá la lengua del mar de Egipto; agitará su mano sobre el río con su viento abrasador, lo partirá en siete arroyos y hará que se pueda pasar en sandalias. Y habrá una calzada desde Asiria para el remanente que quede de su pueblo, así como la hubo para Israel el día que subieron de la tierra de Egipto. 
(Isaías 11:15-16 LBLA)

Entonces acontecerá en aquel día que el Señor ha de recobrar de nuevo con su mano, por segunda vez, al remanente de su pueblo que haya quedado de Asiria, de Egipto, de Patros, de Cus, de Elam, de Sinar, de Hamat y de las islas del mar. Alzará un estandarte ante las naciones, reunirá a los desterrados de Israel, y juntará a los dispersos de Judá de los cuatro confines de la tierra. 
(Isaías 11:11-12 LBLA)

Los textos de arriban hablan de lo mismo, la reunificación de las doce tribus de Israel. ¿Qué relación tienen ellos con el mal llamado "Nuevo Testamento"?

Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al HIJO DEL HOMBRE QUE VIENE SOBRE LAS NUBES DEL CIELO con poder y gran gloria. Y El enviará a sus ángeles con UNA GRAN TROMPETA y REUNIRAN a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta el otro. 
(Mateo 24:30-31 LBLA)

Por lo cual os decimos esto por la palabra del Señor: que nosotros los que estemos vivos y que permanezcamos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre. 
(1 Tesalonicenses 4:15-17 LBLA)

Ellos hablan del mismo evento del que hablaron los profetas de Israel en los textos de arriba, ¿cuál evento?

Por tanto, he aquí, vienen días--declara el SEÑOR-- cuando no dirán más: "Vive el SEÑOR, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto", sino: "Vive el SEÑOR que hizo subir y trajo a los descendientes de la casa de Israel de la tierra del norte y de todas las tierras adonde los había echado"; y habitarán en su propio suelo. 
(Jeremías 23:7-8 LBLA)

La Biblia es realmente un gran solo libro que guarda uniformidad y coherencia. La esperanza de los seguidores de Jesús fue la reunificación de Israel.

Y ahora soy sometido a juicio por la esperanza de la promesa hecha por Dios a nuestros padres: que nuestras doce tribus esperan alcanzar al servir fielmente a Dios noche y día. Y por esta esperanza, oh rey, soy acusado por los judíos. 
(Hechos 26:6-7 LBLA)

Entonces los que estaban reunidos, le preguntaban, diciendo: Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel? 
(Hechos 1:6 LBLA)

Pero nosotros esperábamos que El era el que iba a redimir a Israel. Pero además de todo esto, este es el tercer día desde que estas cosas acontecieron. 
(Lucas 24:21 LBLA)

Ahora bien, no dijo esto de su propia iniciativa, sino que siendo el sumo sacerdote ese año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que están esparcidos. 
(Juan 11:51-52 LBLA)

Las cartas de Pedro y Jacobo están dirigidas a los israelitas en la dispersión.

Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo: A las doce tribus que están en la dispersión: Saludos. 
(Santiago 1:1 LBLA)

Pedro, apóstol de Jesucristo: A los expatriados, de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos 
(1 Pedro 1:1 LBLA)

Y aún Pablo lo expuso de esta forma:


Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis sabios en vuestra propia opinión: que a Israel le ha acontecido un endurecimiento parcial hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y así, todo Israel será salvo; tal como está escrito: EL LIBERTADOR VENDRA DE SION; APARTARA LA IMPIEDAD DE JACOB.
(Romanos 11:25-26 LBLA)



Ésta es la esperanza bíblica, la que todo creyente en Jesús debería tener y no la esperanza religiosa del "rapto de la Iglesia" que tanto se predica hoy día, porque...

Y acontecerá en los postreros días, que el monte de la casa del SEÑOR será establecido como cabeza de los montes; se alzará sobre los collados, y confluirán a él todas las naciones. Vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, subamos al monte del SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob; para que nos enseñe acerca de sus caminos, y andemos en sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del SEÑOR. Juzgará entre las naciones, y hará decisiones por muchos pueblos. Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. 
(Isaías 2:2-4 LBLA)

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