Primeramente la santidad es de Dios y Dios es el que santifica por medio de su Espiritu Santo y nos ha llamado a santificacion.
Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios. Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová que os santifico.
(Lev 20:7-8 RV60)
Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
(1Tes 4:7 RV60)
sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
(1Pe 1:15-16 RV60)
a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:
(1Co 1:2 RV60)
Segundo, somos ahora propiedad de Cristo Jesus.
Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
(Rom 7:4 RV60)
entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo;
(Rom 1:6 RV60)
Tercero, fuimos escogidos para ser santos.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
(1Pe 2:9 RV60)
Cuarto, no podemos servir a Dios y al mundo a la misma vez.
¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
(Sant 4:4 RV60)
Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
(Luc 16:13 RV60)
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
(1Jn 2:15 RV60)
Entonces, ¿que es el mundo?
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
(1Jn 2:16 RV60)
¿Que debemos hacer entonces?
como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;
(1Pe 1:14 RV60)
No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo. Por lo cual,
Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
Y no toquéis lo inmundo;
Y yo os recibiré, Y seré para vosotros por Padre,
Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
(2Co 6:14-18 RV60)
Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.
(Mar 7:8-9 RV60)
Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas;
(Eph 5:11 RV60)
¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?
(Luc 6:46 RV60)
Guardemos nuestro mayor tesoro, nuestro corazon.
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida.
(Pro 4:23 RV60)
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
(Rom 12:2 RV60)
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