lunes, 4 de agosto de 2008

El cristianismo de hoy

El cristianismo de hoy es uno que está basado alrededor del hombre y no de Dios. Esto se debe a nuestra condición humana, a nuestra condición carnal. Todos los cristianos somos carnales, no existe el cristiano espiritual. Nadie es mejor que nadie, todos somos iguales; pecadores redimidos por la gracia e inmensa misericordia de Dios.


Cuando entendemos esto, nos damos cuenta el porque el cristianismo de hoy es como es; lo carnal atrae lo carnal, osea, nuestra forma de pensar centrada en nosotros mismos atrae a nuestro orgullo y egoísmo. Es por eso que los mensajes y predicaciones acerca de la auto estima y motivación llenan las iglesias y vende libros. Estos mensajes están basados en nuestra forma de ver y pensar de nosotros mismos con respecto al mundo, pensamiento egocéntrico y antropocéntrico.


Por eso mensajes como el de “somos mas que vencedores” o “estar en victoria” son mensajes distorcionados de la Palabra de Dios que alimenta nuestro ego pues no somos vencedores ni victoriosos por nosotros mismos sino en Cristo.

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

(Romanos 8:37 RV1960)

Por eso mensajes como el de “descubre el campeón que hay en ti” nos enseña a creer en nosotros mismos y no en Dios pues la Palabra de Dios nos dice que somos inútiles por eso Dios tuvo que venir a salvarnos de otra manera no hubiera hecho falta que Jesús muriera por nosotros.

Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;

No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

(Romanos 3:12 RV1960)

Debemos de dejar ser nosotros y de pensar en nosotros y pensar en él y ser como él. Debemos de despojarnos de nosotros mismos y dejar que el Espíritu Santo nos haga conforme a él

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

(Gálatas 2:20 RV1960)

Debemos de escuchar a Dios y lo que él dice y no usar su Palabra para decir lo que nuestra mente carnal quiere y le gusta, el humanismo. El humanismo está centrado en el hombre y no en Dios. El humanismo enseña que el el hombre tiene la capacidad de auto superarse y lograr la auto realización pero la Palabra de Dios nos dice que sin él nada podemos hacer y que dependemos absolutamente de él.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

(Juan 15:5 RV1960)

La realidad es que muchos están equivocados con respecto al cristianismo y su enseñanza. La verdad es que el verdadero cristianismo enseña que somos incapaces de lograr cualquier cosa pues en nuestra debilidad Dios muestra su poder y su gloria.

Si es necesario gloriarse, me gloriaré en lo que es de mi debilidad.

(2 Corintios 11:30 RV1960)

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

(2 Corintios 12:9 RV1960)

Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. Pues también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con vosotros.

(2 Corintios 13:4 RV1960)

¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez;

(2 Corintios 11:23-27 RV60)

Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.

(1 Corintios 1:26-29 RV1960)

“A fin de que nadie se jacte en su presencia” para la sola gloria de Dios y no del hombre. Lo que parece imposible para el hombre, dejar de creer en si mismo para lograr la superación, es posible para Dios para mostrar su poder y su gran gloria. Es así cuando nos quedamos maravillados y perplejos ante un Dios todopoderoso que creó todas las cosas y que manifiesta su omnipotencia y vemos su gran gloria. ¡Aleluya! A él sea la gloria por siempre.



viernes, 1 de agosto de 2008

¿Qué es la salvación? - Segunda Parte

La Ley y la Gracia


Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

(Romanos 6:14 RV1960)

ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. (1 Corintios 15:56 RV1960)


La paga del pecado es la muerte, el pecado es el aguijón de la muerte. El poder del pecado es la condenación, la ley no nos salva sino que nos condena al no poder ser cumplida en su totalidad por nosotros. Por lo tanto cuando decimos que no estamos bajo la ley sino bajo la gracia lo que quiere decir es que no estamos ya bajo condenación sino bajo la misericordia de Dios, su gracia o regalo no merecido.


La Ley nunca ha sido abolida pues esta debe existir para que pueda haber un juicio justo. Sin ley no hay juicio pues no hay nada de que inculpar. La ley señala nuestra infracción, nuestro pecado y contra quien hemos infrigido la ley, contra quien hemos pecado, Dios.


Lo que fue abolido fueron los ritos, ceremonias y sacrificios de la ley pues estas tenian el fin de señalar a Cristo pero la ley en sí sigue vigente hasta el fin del mundo cuando sea ejecutado el gran juicio de Dios por medio de Jesucristo, en su segunda venida como juez de toda la tierra.



La Gracia y la Salvación


Si justamente merecemos la condenación, al no poder cumplir toda la ley divina de Dios perfectamente, pero por su misericordia, nos justifica o declara inocentes por medio de la fe en Jesucristo regalandonos su salvación. ¿Cómo entonces nos la quitaría al no poder cumplir su ley? No tendría sentido tratar de hacernos cuidar nuestra salvación cuando ni siquiera podemos cumplir su ley. Por lo tanto, de la misma manera que nos la regala, de la misma manera el la cuida por medio de su Espíritu Santo que ahora mora en nosotros, redarguyendonos y dandonos convicción de pecado para confesarlos y arrepentirnos y retornar al camino del Señor.

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

(1 Juan 1:9 RV1960)

La salvación es un regalo de Dios que no merecemos ni que podemos cuidar. El es quien la dá y la mantiene por su misericordia. La salvación es dada, mantenida y finalizada por Dios.

puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

(Hebreos 12:2 RV1960)

estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;

(Filipenses 1:6 RV1960)

Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,

(Judas 1:24 RV1960)

Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.

(1 Juan 5:13 RV1960)

y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios.

Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos.

Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.

(Jeremias 32:38-40 RV1960)

Muertos al pecado

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?

En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

(Romanos 6:1-2 RV1960)

Reconociendo nuestra culpabilidad delante del justo juicio de Dios y en gratitud hacia su perdón y gran misericordia por declararnos inocentes por medio de Jesucristo, ¿cómo podemos seguir pecando voluntaria y deliberadamente? Un verdadero creyente no practica el pecado, puede caer en pecado porque aun no hemos sidos redimidos con nuestros cuerpos glorificados y vivimos en nuestros cuerpos pecaminosos pero no vive practicando el pecado y el libertinaje sino que se somete a la obediencia a Dios y permite que su conducta sea moldeada y transformada por medio del Espíritu Santo que mora en nosotros reconociendo que nuestros esfuerzos son en vano pues esto es la obra del Espíritu Santo.

Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

(Gálatas 5:22-25 RV1960)

Es entonces que la ley de Dios es cumplida en nosotros al ser obrada por el Espíritu Santo que produce sus frutos en nosotros.

Este es el pacto que haré con ellos

Después de aquellos días, dice el Señor:

Pondré mis leyes en sus corazones,

Y en sus mentes las escribiré,

(Hebreos 10:16 RV1960)

Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.

Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.

Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.

(Marcos 12:29-31 RV1960)

Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

(Gálatas 5:14 RV1960)

Y este amor a Dios y al prójimo es la gran obra del Espíritu Santo en los creyentes.

El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

(1 Juan 4:8 RV1960)

Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.

(1 Juan 4:16 RV1960)

Aquellos que traten de agradar a Dios por sus propios esfuerzos no reconocen la gravedad de sus pecados ni la necesidad de un salvador ni de la gracia de Dios y por tanto no han sido perdonados por Dios pues no podemos ser justificados, ni salvados por nosotros mismos sin la ayuda de Dios en Jesucristo su Hijo.

De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.

(Gálatas 5:4 RV1960)