Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, y evita las palabrerías vacías y profanas, y las objeciones de lo que falsamente se llama ciencia, la cual profesándola algunos, se han desviado de la fe. La gracia sea con ustedes.
(1 Timoteo 6:20-21 Spanish NBLA)
Esta era en la que vivimos es gobernada por el engaño, la mentira y la decepción. El mundo entero está bajo el maligno quien es el padre de la mentira. Por nuestra condición pecaminosa hemos sido cegados a la verdad. Pero Dios en su infinita misericordia nos ha quitado las vendas de nuestros ojos y mostrado la verdad a través de su Palabra escrita que conocemos hoy día como la Biblia. Dice asi de ella:
Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos. Pero los hombres malos e impostores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido. Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.
(2 Timoteo 3:12-17 Spanish NBLA)
Dios dice la verdad siempre, no hay mentira en él. Su Palabra es verdad. De hecho Pablo dice en Romanos 3:4
¿Cuántos han oído hablar que entre los versículos de Génesis 1:1 y 1:2 hay una brecha que explica como era la tierra antes de que fuese un caos? Esto se conoce como la teoría de la brecha. ¿Cuántos han oído hablar sobre el mundo pre-adámico? Estos son intentos para entrelazar la Cienca con la Palabra de Dios. La Biblia no habla de dinosaurios simplemente porque éstos no existen, a pesar que algunos piensan que el Leviatán, el Behemot y el dragón son dinosaurios lo cual no lo son. Lo mismo pasa con los planetas, las galaxias, hollos negros, etc. La Biblia no habla de ello porque los planetas y el espacio exterior no existe. Toda la cosmología heliocéntríca es una gran farsa para esconder a Dios y poder controlarnos.
Hemos hecho de la Ciencia un ídolo, pues le creemos más a ella que a la Palabra de Dios, violando el primer mandamiento de Dios el cual dice en Exódo 20:3
¡Ven Señor Jesús(Yeshua)!