martes, 7 de enero de 2014

Palabras de la Consolación para Israel

Moshé escribió una vez...


Y sucederá que cuando te hayan sobrevenido todas estas cosas, la bendición y la maldición que acabo de poner delante de ti, y tú recapacites en tu corazón en medio de todas las naciones adonde Adonai tu Elojím te haya esparcido, y te vuelvas a Adonai tu Elojím, y obedezcas su voz, conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, entonces Adonai hará volver tu cautiverio, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de todos los pueblos adonde te haya esparcido Adonai tu Elojím. Aun cuando tus desterrados estén en el extremo de los cielos, desde allí te recogerá Adonai tu Elojím, y desde allí te tomará, y te devolverá Adonaí tu Elojím a la tierra que poseyeron tus padres, y tú la poseerás, y Él te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres. Adonai tu Elojím circuncidará tu corazón y el corazón de tu descendencia, para que ames a Adonai tu Elojím con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas. Y Adonai tu Elojím pondrá todas estas maldiciones sobre tus enemigos y sobre tus aborrecedores que te hayan perseguido. Y tú volverás a escuchar la voz de Adonai y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy.
(Devarim 30:1-8 )

Cuando Moshé escribió éstas palabras el pueblo hebreo todavía ni siquiera habia entrado a la tierra prometida. Por tanto, Moshé estaba dando una profecía, el pueblo hebreo sería dispersado entre las naciones por desobediencia a los mandamientos que El Eterno les dio. De hecho así ocurrió, luego de haberse formado el reino unido de Israel, este fue dividido en dos reinos: Israel y Judá y luego el reino de Israel desapareció quedando únicamente el reino de Judá. Pero Judá iba correr la misma suerte de Israel, estaba a punto de desaparecer, los babilonios comenzaban a deportar a los habitantes de Judá, el pueblo estaba muy temeroso, sin esperanzas y con una gran incertidumbre acerca de su futuro. Fue entonces que El Eterno envió un mensaje a su pueblo por medio del profeta Irmeyahu diciendo...

Palabra de Adonaí que recibió Irmeyahu, diciendo: Así habla Adonai Elojím de Israel, diciendo: Escríbete en un rollo todas las palabras que te he hablado. Porque he aquí que vienen días, dice Adonai, En que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Iehudá, dice Adonai, Y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán. Éstas son las palabras que habló Adonai acerca de Israel y Iehudá: Así dice Adonai: ¡Gritos de terror hemos oído, De espanto y no de paz! Inquirid y averiguad: ¿Da a luz el varón? ¿Por qué pues, veo a todo varón como parturienta: Las manos a las caderas; los rostros lívidos y demudados? ¡Ay, cuán grande es aquel día! No hay otro semejante a él: Tiempo de angustia para Iaacob. Pero de él será librado. Aquel día, dice Adonai Sebaot, Yo quebraré el yugo de su cerviz, Y romperé sus coyundas, Y los extranjeros no volverán a someterlo en servidumbre, Sino que servirán a Adonai su Elojím y a David su rey, A quien Yo levantaré para ellos. Tú pues, siervo mío Iaacob, No temas, dice Adona, Ni te atemorices, Israel; Porque he aquí Yo te salvo del país remoto, Y a tu descendencia de la tierra de cautividad; Iaacob volverá, descansará y vivirá tranquilo, Y no habrá quien lo espante. 
(Irmeyahu 30:1-10)

Estas palabras las dijo el profeta para cumplir lo dicho por Moshé:

Aun cuando tus desterrados estén en el extremo de los cielos, desde allí te recogerá Adonai tu Elojím, y desde allí te tomará, y te devolverá Adonaí tu Elojím a la tierra que poseyeron tus padres, y tú la poseerás, y Él te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres.

Por eso el Irmeyahu dice:

 Así habla Adonai Elojím de Israel, diciendo: Escríbete en un rollo todas las palabras que te he hablado. Porque he aquí que vienen días, dice Adonai, En que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Iehudá, dice Adonai, Y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán.

El Eterno ordena a Irmeyahu a escribir éstas palabras en un libro (rollo) con el fin de que las generaciones futuras recuerdan esta promesa de la cual Moshé había profetizado. También les dijo que esto sucedería cuando retornasen (hicieren teshuva) a Él.

Y sucederá que cuando te hayan sobrevenido todas estas cosas, la bendición y la maldición que acabo de poner delante de ti, y tú recapacites en tu corazón en medio de todas las naciones adonde Adonai tu Elojím te haya esparcido, y te vuelvas a Adonai tu Elojím, y obedezcas su voz, conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, entonces Adonai hará volver tu cautiverio, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de todos los pueblos adonde te haya esparcido Adonai tu Elojím.

Puedo oír a Efráyim que se lamenta: “Me castigaste y fui castigado como novillo sin domar. Recíbeme de nuevo, déjame volver; porque tú, oh Adonai, eres mi Elojím. Ahora que he regresado, estoy lleno de remordimiento; ahora que me doy cuenta, golpeo mi muslo. Estoy avergonzado y humillado, porque he llevado el oprobio de mi juventud”. “Ciertamente Efráyim es un hijo querido para mí, un niño mimado. Siempre que me he vuelto contra él, no se a ha apartado de él mi pensamiento. Por eso mi corazón se enternece por él; lo volveré a recibir en amor –declara Adonai. 
(Irmeyahu 31:18-20 )

Moshé profetizó que cuando su pueblo retornase al Eterno entonces...

Adonai tu Elojím circuncidará tu corazón y el corazón de tu descendencia, para que ames a Adonai tu Elojím con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.

Y tú volverás a escuchar la voz de Adonai y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy.

Irmeyahu les recuerda también ésta promesa diciéndoles...

He aquí que vienen días, dice Adonai, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Iehudá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto, pues ellos invalidaron mi pacto, aunque fui Yo un marido para ellos, dice Adonai. Pero éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Adonai: Daré mi Torá en su mente y la escribiré en su corazón, Y Yo seré a ellos por Elojím, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más cada cual a su prójimo, y cada cual a su hermano, diciendo: ¡Conoce a Adonai!, porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Adonai. Porque perdonaré su maldad, y no me acordaré más de sus pecados. 
(Irmeyahu 31:31-34)

El pueblo de Israel es el pueblo del Eterno, bendito sea por siempre. Él les termina diciendo, asegurándoles y confirmándoles que su pueblo permanacerá y prevalecerá por siempre. Así dice Irmeyahu...

Así dice Adonai, Que estableció el sol para alumbrar el día, Y las leyes de la luna y de las estrellas para alumbrar de noche; Que aterroriza el mar, Y se ponen en consternación sus olas: ¡YHWH Sebaot es su nombre! Si estas leyes se apartaran de delante de mí, dice Adonai, Entonces también faltará la descendencia de Israel, Para no ser nación delante de mí eternamente. 
(Irmeyahu 31:35-36)

AMEN

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