sábado, 3 de octubre de 2015

Las Bodas del Cordero en la Fiesta de los Tabernáculos



La Fiesta de los Tabernáculos es una de gran gozo, así está estipulado en la Torá:

Haréis la fiesta de Sucot durante siete días, cuando recolectes de tu granero y de tu bodega. Te regocijarás en tu fiesta, tú, tu hijo, tu hija, tu esclavo, tu sirvienta, el levita, el prosélito, el huérfano y la viuda que están en tus ciudades. Durante siete días celebrarás a El Eterno, tu Dios, en el lugar que ha de elegir El Eterno, pues El Eterno, tu Dios, te habrá bendecido en toda tu cosecha y en todas tus obras, y serás absolutamente feliz. 
(Deuteronomio 16:13-15 Tora 1999)

Las implicaciones proféticas de esta fiesta solemne son grandes.  Pués ellas hablan del deseo de nuestro Padre Celestial y Creador del universo de habitar en medio de su pueblo Israel. ¿Cómo El Eterno, aquien los cielos no pueden contener, habitariá en medio de su pueblo?  Así los expone el discípulo amado por el Mesías:

En el principio era la Palabra,
y la Palabra estaba ante Dios,
y la Palabra era Dios. 
Ella estaba ante Dios en el principio.
Por Ella se hizo todo,
y nada llegó a ser sin Ella.
Lo que fue hecho tenía vida en ella,
y para los hombres la vida era luz. 
La luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la recibieron. 
Vino un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino para dar testimonio, como testigo de la luz, para que todos creyeran por él. Aunque no fuera él la luz, le tocaba dar testimonio de la luz. Ella era la luz verdadera,
la luz que ilumina a todo hombre,
y llegaba al mundo. Ya estaba en el mundo,
este mundo que se hizo por Ella, o por El,
este mundo que no lo recibió. Vino a su propia casa,
y los suyos no lo recibieron;" pero a todos los que lo recibieron
les dio capacidad para ser hijos de Dios.
Al creer en su Nombre han nacido,
no de sangre alguna, ni por ley de la carne,
ni por voluntad de hombre,
sino que han nacido de Dios. Y la Palabra se hizo carne,
puso su tienda entre nosotros,
y hemos visto su Gloria:
la Gloria que recibe del Padre el Hijo único;
en él todo era don amoroso y verdad. 
(Juan 1:1-14 BL95)

Según los cálculos rehalizados de acuerdo al evangelio de Lucas, el nacimiento del Mesías, el Rey Ungido de Israel coincide con la celebración de la fiesta de los Tabernáculos. Pero hay algo más, de acuerdo a la profecía dada por el mensajero Gabriel a Miriam, ella habla del reino imperecedero del Mesías.

Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Será grande y justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David; gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás. 
(Lucas 1:31-33 BL95)

Obviamente esta profecía no se ha cumplido pero ocurrirá en los tiempos del fin de la era presente, cuando los enemigos de Israel sean destruídos y el Mesías instaure su reino como está escrito.

Aquí viene el día de Yavé, en que se repartirán tus despojos dentro de tus muros. Haré que se junten todas las naciones para atacar a Jerusalén. Se apoderarán de la ciudad, saquearán sus casas y violarán a sus mujeres. La mitad de la población será llevada cautiva; pero a los demás habitantes de la ciudad no los eliminarán. Entonces saldrá Yavé a combatir; peleará con esas naciones como lo hace en los días de batalla. Ese día pondrá su pie sobre el Cerro de los Olivos, que queda al oriente de Jerusalén. Y el Cerro de los Olivos se partirá en dos de este a oeste, dejando en medio un profundo valle; una parte del cerro quedará al norte y la otra mitad al sur. Y huirán ustedes por ese valle, por entre los dos cerros hacia Yasol. Huirán igual que huyeron cuando hubo ese terremoto en tiempos de Ozías, rey de Judá. Entonces vendrá Yavé, tu Dios, acompañado de todos los santos. En aquel día no habrá más frío ni hielo. Será éste un día extraordinario, solamente conocido por Yavé; no habrá más cambio del día a la noche, pues de noche será como de día claro. Ese día brotará en Jerusalén un manantial que nunca se secará ni en verano ni en invierno y que estará siempre corriendo, tanto hacia el mar oriental como hacia el mar occidental. Y Yavé reinará sobre toda la tierra. El será el Unico, y único será su Nombre. El país entero se transformará en una planicie, desde Gueba, en el norte, hasta Rimón, en el Negueb. Jerusalén, en cambio, será alzada en su mismo lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la antigua puerta; es decir, hasta la puerta del Angulo, y desde la torre de Jananeel hasta los lagares del rey. Ya no habrá peligro ni maldición para Jerusalén; sus habitantes vivirán tranquilos en adelante. En cambio, éste es el castigo que Yavé dará a todos los pueblos que hayan atacado a Jerusalén: se les pudrirá su carne mientras aún se mantienen de pie; sus ojos se descompondrán dentro de sus órbitas y su lengua se echará a perder en su misma boca. Aquel día Yavé les infundirá un miedo horrible: se volverán el uno contra el otro y se pondrán a pelear entre ellos mismos. Los hombres de Juda participarán en el combate de Jerusalén, y luego recogerán los despojos de todas las naciones vecinas: oro, plata, trajes en grandes cantidades. Una peste parecida atacará a los caballos, a las mulas, a los camellos, a los burros; en fin, a todos los animales que estén en sus campamentos. Después de esto, los sobrevivientes de todos los países que le declararon la guerra a Jerusalén vendrán anualmente a adorar al Rey, Yavé de los Ejércitos, y a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 
(Zacarías 14:1-16 BL95)

Vemos pues que la fiesta de los Tabernáculos tiene que ver con la coronación del Rey. Es el Mesías quien será coronado para gobernar y reinar en nombre del Eterno tal como lo anunció el mensajero Gabriel.

¿Qué son las bodas del Cordero? Primero debemos conocer quién es la novia del Cordero.

Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia. Porque tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora será estrecha por la multitud de los moradores, y tus destruidores serán apartados lejos. 
(Isaías 49:18-19 RV1960)

Así dijo Jehová el Señor: He aquí, yo tenderé mi mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros. 
(Isaías 49:22 RV1960 )

El profeta habla de la reunificación de los Hijos de Israel que fueron esparcidos por todo el mundo. Las bodas del Cordero simbolizan la reunión de las doce tribus de Israel con su Rey. Esta ha sido siempre la eperanza del pueblo Judío. Y es lo mismo que expresa el emisario Shaúl de Tarso.

Y ahora, se me juzga por la esperanza de la promesa que Dios hizo a nuestros padres, a la cual esperan llegar nuestras doce tribus, sirviendo° con fervor noche y día. Por esta esperanza, oh rey, soy acusado por los judíos. 
(Hechos 26:6-7 BTX3)


Y fue por la misma razón que los alumnos del Mesías le preguntaron:

Así pues, los que se habían reunido le preguntaban, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 
(Hechos 1:6 BTX3)

Cuando Shaúl habla en su carta a los de Tesalonia acerca de la gran tribulación por la cual estaban pasando, les exhorta a consolarse los unos a los otros con la promesa de la reunificación de las doce tribus con la llegada del Mesías. 

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los demás que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en Él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros los que vivamos, los que quedemos hasta la venida del Señor,° no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en el Mesías resucitarán primero. Después nosotros, los que vivamos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados simultáneamente con ellos en las nubes al encuentro con el Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.° Por tanto, consolaos° los unos a los otros con estas palabras. 
(1 Tesalonicenses 4:13-18 BTX3)

Los profetas anunciaron este momento.

En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo, y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces. Pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el rollo. Y una multitud de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión eterna. 
(Daniel 12:1-2 BTX3)

El profeta Isaías hablando del reino mesiánico,también dice:

Aquel día la raíz de Jesé se levantará como una bandera para las naciones, los pueblos irán en su busca y su casa se hará famosa. Al mismo tiempo, el Señor volverá a tender su mano para rescatar al resto de su pueblo, a los que todavía queden en Asur y Egipto, en Patros, Etiopía y Elam, en Senar, Jamat y las islas del mar. Levantará una bandera que se verá desde el extranjero, para juntar a los desterrados de Israel, y reunirá a los dispersos de Judá desde los cuatro puntos cardinales. Entonces se acabará la envidia de Efraím y los enemigos de Judá serán aplastados; Efraím ya no tendrá envidia de Judá y Judá no será más enemigo de Efraím. Se dejarán caer sobre las costas de los filisteos al oeste, y juntos asaltarán a los hijos del este; extenderán su imperio sobre Edom y Moab y someterán a los amonitas. Y Yavé secará el golfo del mar de Egipto y levantará su mano contra el río Eufrates; con un fuerte soplido lo dividirá en siete brazos que se podrán cruzar sin sacarse los zapatos. Así tendrá un camino el resto de su pueblo que haya sobrevivido en el destierro de Asiria, del mismo modo que lo tuvo Israel cuando salió de Egipto. 
(Isaías 11:10-16 BL95)


El Profeta Jeremías habla de este éxodo refiriendose a lo mismo que el profeta Isaías menciona.

He aquí, vienen días, dice YHVH, En que levantaré a David un renuevo justo; Y reinará y obrará prudentemente, Y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá, E Israel habitará confiado, Y se apellidará con este nombre: YHVH Sidkenu.° Mirad que llegan días, dice YHVH, en que no dirán más: ¡Vive YHVH que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto! sino: ¡Vive YHVH que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de la tierra del Norte, y de todas las tierras adonde los había arrojado! Y habitarán en su tierra. 
(Jeremías 23:5-8 BTX3)

El profeta Ezequiel también anuncia esta reunificación.

Por tanto, profetiza, y diles: Así dice Adonay YHVH: ¡Oh pueblo mío! ¡He aquí Yo abro vuestros sepulcros y os hago subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel! 
(Ezequiel 37:12 BTX3)

diles: Así dice Adonay YHVH: He aquí, Yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín y las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré junto con el palo de Judá, y haré de ellos un solo palo, y serán uno en mi mano. Y los palos sobre los que escribas estarán en tu mano, delante de sus ojos, y les dirás: Así dice Adonay YHVH: He aquí, Yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones adonde fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su propia tierra. Y haré de ellos una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey, y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos, 
(Ezequiel 37:19-22 BTX3)

Este evento es lo que se conoce como  las bodas del Cordero pués el Rey de Israel, el novio, se une a su pueblo Israel, la novia. Esto es motivo de gran celebración de gran gozo y ocurrirá durante la fiesta de los Tabernáculos.

Y salió una voz del trono, que decía: ¡Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, los que le teméis, pequeños y grandes!° Y oí como la voz de una gran° multitud, y como ruido de muchas aguas,° y como estruendo de fuertes truenos, que decían: ¡Aleluya! Porque el Señor Dios Todopoderoso asumió el reino.° ¡Alegrémonos° y regocijémonos y démosle gloria!, porque las bodas del Cordero han llegado, y su Esposa se ha preparado, y se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente, porque el lino fino son° las acciones justas de los santos. Y me dijo: Escribe: Bienaventurados los que han sido invitados a la cena de la fiesta de las bodas° del Cordero. Y me dijo: Éstas son palabras verdaderas de Dios. 
(Apocalipsis 19:5-9 BTX3)





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