Y les refirió
una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya brotan las hojas, al verlo, sabéis por vosotros mismos que el verano ya está cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que el
reino de Dios está cerca. En verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la
tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. Estad alerta, no
sea que vuestro corazón se
cargue con disipación y embriaguez y con las preocupaciones de la vida, y aquel
día venga súbitamente sobre vosotros como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Mas velad en todo
tiempo, orando para que tengáis fuerza
para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y podáis estar en pie
delante del Hijo del Hombre.
(Lucas 21:29-36 LBLA)
Por tanto, velad, porque no sabéis en qué día vuestro Señor viene. Pero comprended
esto: si el dueño de la
casa hubiera sabido a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, hubiera
estado alerta y no hubiera permitido que entrara en su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el
Hijo del Hombre. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente a quien su señor puso sobre
los de su casa para que les diera la comida a su tiempo?
(Mateo 24:42-45 LBLA)
Tres cosas resaltan de estos textos:
1. Estad alerta, no sea que vuestro corazón se cargue con disipación y embriaguez y con las preocupaciones de la vida, y aquel día venga súbitamente sobre vosotros como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
2. Mas velad en todo tiempo, orando para que tengáis fuerza para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y podáis estar en pie delante del Hijo del Hombre.
3. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente a quien su señor puso sobre los de su casa para que les diera la comida a su tiempo?
Estad alerta, velad en todo el tiempo, orando para permanecer firmes en nuestra fidelidad y confianza en YHVH y su Hijo Jesús (Yeshúa), ¡Cuán bienaventurados son todos los que en El se refugian! -Salmo 2:12, proclamando y enseñando la Palabra de Di-os (las Escrituras) a los que han creído y las buenas nuevas a los que andan en tinieblas. Esta es la voluntad de nuestro Padre Celestial para nuestra generación, la del fin de los tiempos.
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