1. El Reino de Israel, restablecido permanentemente y eternamente. También conocido como el Reino de YHWH.
Él (Yeshúa) será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. Y reinará sobre Israel (sobre la casa de Jacob) para siempre; ¡su reino no tendrá fin!
(Lucas 1:32-33 NTV)
La profecía dada por el ángel Gabriel a la joven Miriam solo se ha cumplido parcialmente. Su cumplimiento total está profetizado en las Escrituras.
Nuevamente recibí un mensaje del SEÑOR: «Hijo de hombre, toma un trozo de madera y grábale estas palabras: “Esto representa a Judá y a sus tribus aliadas”. Luego toma otro trozo y graba en él estas palabras: “Esto representa a Efraín y a las tribus del norte de Israel”(Esta es madera de Efraín, que representa a José y a toda la casa de Israel ) . Ahora toma ambos trozos en tu mano como si fueran una sola pieza de madera. Cuando la gente te pregunte qué significa lo que haces, diles: “Esto dice el SEÑOR Soberano: ‘Tomaré a Efraín y a las tribus del norte y las uniré a Judá. Las convertiré en una sola pieza de madera en mi mano’ ”. »Luego coloca, a la vista del pueblo, los trozos de madera que has grabado, para que todos puedan verlos. Dales este mensaje de parte del SEÑOR Soberano: “Reuniré al pueblo de Israel de entre las naciones. Los regresaré a su propia tierra desde los lugares adonde fueron esparcidos. Los unificaré para que formen una sola nación sobre los montes de Israel. Un rey los gobernará a todos; ya no estarán divididos en dos naciones o en dos reinos. Nunca más se contaminarán con ídolos ni con imágenes repugnantes ni rebelión, porque los salvaré de recaer en el pecado y los limpiaré. Entonces serán verdaderamente mi pueblo y yo seré su Dios. »Mi siervo David será su rey y tendrán un solo pastor. Obedecerán mis ordenanzas y se asegurarán de cumplir mis decretos. Vivirán en la tierra que le di a mi siervo Jacob, la tierra donde vivieron sus antepasados. Tanto ellos como sus hijos y sus nietos vivirán allí para siempre, de generación en generación; y mi siervo David será su príncipe por siempre.
(Ezequiel 37:15-25 NTV)
2. Un Nuevo Orden Mundial será implantado, ironicamente los enemigos de Isarel han estado acusando a los Judíos de querer controlar el mundo entero. La realidad es que los Judíos gobernarán el mundo. Así está escrito.
Vendrá gente de muchas naciones y dirán: «Vengan, subamos al monte del SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob. Allí él nos enseñará sus caminos, y andaremos en sus sendas. Pues de Sión saldrá la enseñanza del SEÑOR; de Jerusalén saldrá su palabra». El SEÑOR mediará entre las naciones y resolverá los conflictos internacionales. Ellos forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en herramientas para podar. No peleará más nación contra nación, ni seguirán entrenándose para la guerra.
(Isaías 2:3-4 NTV)
Pues el Señor declara: «He puesto a mi rey elegido en el trono de Jerusalén (Sión), en mi monte santo». El rey proclama el decreto del SEÑOR: «El SEÑOR me dijo: “Tú eres mi hijo. Hoy he llegado a ser tu Padre (Hoy te doy a conocer como mi hijo.). Sólo pídelo, y te daré como herencia las naciones, toda la tierra como posesión tuya. Las quebrarás (gobernarás) con vara de hierro y las harás pedazos como si fueran ollas de barro”». Ahora bien, ustedes reyes, ¡actúen con sabiduría! ¡Quedan advertidos, ustedes gobernantes de la tierra! Sirvan al Señor con temor reverente y alégrense con temblor. Sométanse al hijo de Dios, no sea que se enoje y sean destruidos en plena actividad, porque su ira se enciende en un instante. ¡Pero qué alegría para todos los que se refugian en él!
(Salmos 2:6-12 NTV)
Mientras continuó mi visión esa noche, vi a alguien parecido a un hijo de hombre descender con las nubes del cielo. Se acercó al Anciano y lo llevaron ante su presencia. Se le dio autoridad, honra y soberanía sobre todas las naciones del mundo, para que lo obedecieran los de toda raza, nación y lengua. Su gobierno es eterno, no tendrá fin. Su reino jamás será destruido.
(Daniel 7:13-14 NTV)
3. Los enemigos de Israel (Jacob) lo servirán y serán sus súbditos.
Isaac rogó al SEÑOR a favor de su esposa, porque ella no podía tener hijos. El SEÑOR contestó la oración de Isaac, y Rebeca quedó embarazada de mellizos. Pero los dos niños luchaban entre sí dentro de su vientre. Así que ella consultó al SEÑOR: —¿Por qué me pasa esto? —preguntó. Y el SEÑOR le dijo: —Los hijos que llevas en tu vientre llegarán a ser dos naciones, y desde el principio las dos naciones serán rivales. Una nación será más fuerte que la otra; y tu hijo mayor ( Esaú) servirá a tu hijo menor (Jacob).
(Génesis 25:21-23 NTV)
A fin de cuentas, los enemigos de Jerusalén que sobrevivan a la plaga, subirán a Jerusalén cada año para adorar al Rey, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, y para celebrar el Festival de las Enramadas. Toda nación que se niegue a ir a Jerusalén para adorar al Rey, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, no recibirá lluvia.
(Zacarías 14:16-17 NTV).
Esto dice el SEÑOR: «Yo le daré a Jerusalén un río de paz y de prosperidad. Las riquezas de las naciones fluirán hacia ella. Sus hijos se alimentarán de sus pechos, serán llevados en sus brazos y sostenidos en sus piernas. Los consolaré allí, en Jerusalén, como una madre consuela a su hijo». Cuando vean estas cosas, su corazón se alegrará. Florecerán como la hierba. Todos verán la mano de bendición del SEÑOR sobre sus siervos, y su ira contra sus enemigos.
(Isaías 66:12-14 NTV)
Levantará bandera en medio de las naciones y reunirá a los desterrados de Israel. Juntará al pueblo disperso de Judá desde los confines de la tierra. Entonces por fin terminarán los celos entre Israel (Efraín) y Judá y dejarán de ser rivales. Unirán sus fuerzas para caer encima de Filistea al occidente. Juntos, atacarán y saquearán a las naciones situadas al oriente. Ocuparán las tierras de Edom y de Moab, y Amón los obedecerá.
(Isaías 11:12-14 NTV)
El pueblo de Israel será un fuego violento y Edom un campo de hierba seca. Los descendientes de José serán una llama que rugirá a través del campo, devorándolo todo. No quedará nadie con vida en Edom. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado! »Entonces mi pueblo que vive en el Neguev ocupará las montañas de Edom. Los que viven en las colinas de Judá* poseerán las llanuras de los filisteos y se apoderarán de los campos de Efraín y de Samaria, y el pueblo de Benjamín ocupará la tierra de Galaad. Los desterrados de Israel volverán a su tierra y ocuparán la costa de Fenicia hasta el norte de Sarepta. Los cautivos de Jerusalén desterrados en el norte* volverán a casa y repoblarán los pueblos del Neguev. Los que hayan sido rescatados* subirán al* monte Sión en Jerusalén para gobernar sobre las montañas de Edom. ¡Y el SEÑOR mismo será rey!».
(Abdías 1:18-21 NTV)
En fin, hay muchas más promesas por cumplirse que debemos recordar siempre para mantenerse firme en estos últimos días de tanto engaño, decepción, confusión y apostasía.
»En aquel día restauraré la casa caída (carpa) de David. Repararé sus muros dañados. De las ruinas, la reedificaré y restauraré su gloria anterior. Israel poseerá lo que quede de Edom y todas las naciones que he llamado a ser mías».* El SEÑOR ha hablado y cumplirá estas cosas. «Llegará el día —dice el SEÑOR— en el que el grano y las uvas crecerán más rápido de lo que puedan ser cosechados. ¡Entonces los viñedos en las terrazas de las colinas de Israel destilarán vino dulce! Traeré a mi pueblo Israel de su cautiverio en tierras lejanas; reedificarán sus ciudades que están en ruinas y nuevamente vivirán en ellas. Plantarán viñedos y huertos, comerán sus cosechas y beberán su vino. Los plantaré firmemente allí en su propia tierra. Nunca más serán desarraigados de la tierra que yo les di», dice el SEÑOR tu Dios.
(Amós 9:11-15 NTV)
“Después yo volveré y restauraré la casa* caída de David. Reconstruiré sus ruinas y la restauraré, para que el resto de la humanidad busque al SEÑOR, incluidos todos los gentiles, todos los que he llamado para que sean míos. El SEÑOR ha hablado,
(Hechos 15:16-17 NTV)
Cuando los haga regresar de las tierras de sus enemigos, mostraré mi santidad en medio de ellos para que la vean todas las naciones. Entonces mi pueblo sabrá que yo soy el SEÑOR su Dios, porque los envié al destierro y los regresé a su hogar. No abandonaré a ninguno de mi pueblo. Nunca más esconderé mi rostro de ellos, pues derramaré mi Espíritu sobre el pueblo de Israel. ¡Yo, el SEÑOR Soberano, he hablado!».
(Ezequiel 39:27-29 NTV)
Cuando los haga regresar de las tierras de sus enemigos, mostraré mi santidad en medio de ellos para que la vean todas las naciones. Entonces mi pueblo sabrá que yo soy el SEÑOR su Dios, porque los envié al destierro y los regresé a su hogar. No abandonaré a ninguno de mi pueblo. Nunca más esconderé mi rostro de ellos, pues derramaré mi Espíritu sobre el pueblo de Israel. ¡Yo, el SEÑOR Soberano, he hablado!».
(Ezequiel 39:27-29 NTV)
AMÉN.
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