Hoy día vemos que a lo bueno le dicen malo; y a lo malo le dicen bueno. El mundo está literalmente alrevés y la maldad parece no tener límites. ¿Hasta cuando Señor tu permitiras estas cosas?
Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.
(Daniel 12:8-10 RV60)
Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
(Apocalipsis 22:10-11 RV60)
Notemos que en la profecía de Daniel las palabras están selladas hasta el tiempo del fin pero en la profecía de Apocalipsis no. Si combinamos ambas profecías tenemos esto:
Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá (El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía), pero los entendidos comprenderán (y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.)
La cual nos habla de la realidad de nuestros días. La maldad aumenta y nosotros debemos apartarnos más de ella (santificarnos). ¿Hasta cuándo?
Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
(Mateo 13:27-30 RV60)
Dejad crecer juntamente lo uno (la maldad) y lo otro (los santos) hasta la siega; y al tiempo de la siega.
Jesús lo explicó de esta manera.
Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
(Mateo 13:37-43 RV60)
Lo cuál se encuentra también en el Salmo 37.
No te impacientes a causa de los malignos,
Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados,
Y como la hierba verde se secarán. Confía en Jehová, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz,
Y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
Por el hombre que hace maldades. Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo. Porque los malignos serán destruidos,
Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. Pues de aquí a poco no existirá el malo;
Observarás su lugar, y no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra,
Y se recrearán con abundancia de paz. Maquina el impío contra el justo,
Y cruje contra él sus dientes; El Señor se reirá de él;
Porque ve que viene su día. Los impíos desenvainan espada y entesan su arco,
Para derribar al pobre y al menesteroso,
Para matar a los de recto proceder. Su espada entrará en su mismo corazón,
Y su arco será quebrado. Mejor es lo poco del justo,
Que las riquezas de muchos pecadores. Porque los brazos de los impíos serán quebrados;
Mas el que sostiene a los justos es Jehová. Conoce Jehová los días de los perfectos,
Y la heredad de ellos será para siempre. No serán avergonzados en el mal tiempo,
Y en los días de hambre serán saciados. Mas los impíos perecerán,
Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros
Serán consumidos; se disiparán como el humo. El impío toma prestado, y no paga;
Mas el justo tiene misericordia, y da. Porque los benditos de él heredarán la tierra;
Y los malditos de él serán destruidos. Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,
Y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado,
Porque Jehová sostiene su mano. Joven fui, y he envejecido,
Y no he visto justo desamparado,
Ni su descendencia que mendigue pan. En todo tiempo tiene misericordia, y presta;
Y su descendencia es para bendición. Apártate del mal, y haz el bien,
Y vivirás para siempre. Porque Jehová ama la rectitud,
Y no desampara a sus santos.
Para siempre serán guardados;
Mas la descendencia de los impíos será destruida. Los justos heredarán la tierra,
Y vivirán para siempre sobre ella. La boca del justo habla sabiduría,
Y su lengua habla justicia. La ley de su Dios está en su corazón;
Por tanto, sus pies no resbalarán. Acecha el impío al justo,
Y procura matarlo. Jehová no lo dejará en sus manos,
Ni lo condenará cuando le juzgaren. Espera en Jehová, y guarda su camino,
Y él te exaltará para heredar la tierra;
Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás. Vi yo al impío sumamente enaltecido,
Y que se extendía como laurel verde. Pero él pasó, y he aquí ya no estaba;
Lo busqué, y no fue hallado. Considera al íntegro, y mira al justo;
Porque hay un final dichoso para el hombre de paz. Mas los transgresores serán todos a una destruidos;
La posteridad de los impíos será extinguida. Pero la salvación de los justos es de Jehová,
Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia. Jehová los ayudará y los librará;
Los libertará de los impíos, y los salvará,
Por cuanto en él esperaron.
(Salmos 37:1-40 RV60)
Recordemos...
Mía es la venganza y la retribución;
A su tiempo su pie resbalará,
Porque el día de su aflicción está cercano,
Y lo que les está preparado se apresura.
(Deuteronomio 32:35 RV60)