domingo, 16 de junio de 2019

¿Por qué Dios permite la maldad?

Hoy día vemos que a lo bueno le dicen malo; y a lo malo le dicen bueno. El mundo está literalmente alrevés y la maldad parece no tener límites. ¿Hasta cuando Señor tu permitiras estas cosas?

Y yo oí,  mas no entendí.  Y dije:  Señor mío,   ¿cuál será el fin de estas cosas? El respondió:  Anda,  Daniel,  pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios,  y emblanquecidos y purificados;  los impíos procederán impíamente,  y ninguno de los impíos entenderá,  pero los entendidos comprenderán.
(Daniel 12:8-10 RV60)

Y me dijo:  No selles las palabras de la profecía de este libro,  porque el tiempo está cerca. El que es injusto,  sea injusto todavía;  y el que es inmundo,  sea inmundo todavía;  y el que es justo,  practique la justicia todavía;  y el que es santo,  santifíquese todavía.
(Apocalipsis 22:10-11 RV60)

Notemos que en la profecía de Daniel las palabras están selladas hasta el tiempo del fin pero en la profecía de Apocalipsis no. Si combinamos ambas profecías tenemos esto:

Muchos serán limpios,  y emblanquecidos y purificados;  los impíos procederán impíamente,  y ninguno de los impíos entenderá (El que es injusto,  sea injusto todavía;  y el que es inmundo,  sea inmundo todavía),  pero los entendidos comprenderán (y el que es justo,  practique la justicia todavía;  y el que es santo,  santifíquese todavía.)

La cual nos habla de la realidad de nuestros días. La maldad aumenta y nosotros debemos apartarnos más de ella (santificarnos). ¿Hasta cuándo?

Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron:  Señor,  ¿no sembraste buena semilla en tu campo?  ¿De dónde,  pues,  tiene cizaña? El les dijo:  Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron:  ¿Quieres,  pues,  que vayamos y la arranquemos? El les dijo:  No,  no sea que al arrancar la cizaña,  arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega;  y al tiempo de la siega yo diré a los segadores:  Recoged primero la cizaña,  y atadla en manojos para quemarla;  pero recoged el trigo en mi granero.
(Mateo 13:27-30 RV60)

Dejad crecer juntamente lo uno (la maldad) y lo otro (los santos) hasta la siega;  y al tiempo de la siega.

Jesús lo explicó de esta manera.

Respondiendo él,  les dijo:  El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo;  la buena semilla son los hijos del reino,  y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo;  la siega es el fin del siglo;  y los segadores son los ángeles. De manera que como se arranca la cizaña,  y se quema en el fuego,  así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles,  y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo,  y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego;  allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír,  oiga.
(Mateo 13:37-43 RV60)

Lo cuál se encuentra también en el Salmo 37.

No te impacientes a causa de los malignos,
 Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados,
 Y como la hierba verde se secarán. Confía en Jehová,  y haz el bien;
 Y habitarás en la tierra,  y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová,
 Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino,
 Y confía en él;  y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz,
 Y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante Jehová,  y espera en él.
 No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
 Por el hombre que hace maldades. Deja la ira,  y desecha el enojo;
 No te excites en manera alguna a hacer lo malo. Porque los malignos serán destruidos,
 Pero los que esperan en Jehová,  ellos heredarán la tierra. Pues de aquí a poco no existirá el malo;
 Observarás su lugar,  y no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra,
 Y se recrearán con abundancia de paz. Maquina el impío contra el justo,
 Y cruje contra él sus dientes; El Señor se reirá de él;
 Porque ve que viene su día. Los impíos desenvainan espada y entesan su arco,
 Para derribar al pobre y al menesteroso,
 Para matar a los de recto proceder. Su espada entrará en su mismo corazón,
 Y su arco será quebrado. Mejor es lo poco del justo,
 Que las riquezas de muchos pecadores. Porque los brazos de los impíos serán quebrados;
 Mas el que sostiene a los justos es Jehová. Conoce Jehová los días de los perfectos,
 Y la heredad de ellos será para siempre. No serán avergonzados en el mal tiempo,
 Y en los días de hambre serán saciados. Mas los impíos perecerán,
 Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros
 Serán consumidos;  se disiparán como el humo. El impío toma prestado,  y no paga;
 Mas el justo tiene misericordia,  y da. Porque los benditos de él heredarán la tierra;
 Y los malditos de él serán destruidos. Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,
 Y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere,  no quedará postrado,
 Porque Jehová sostiene su mano. Joven fui,  y he envejecido,
 Y no he visto justo desamparado,
 Ni su descendencia que mendigue pan. En todo tiempo tiene misericordia,  y presta;
 Y su descendencia es para bendición. Apártate del mal,  y haz el bien,
 Y vivirás para siempre. Porque Jehová ama la rectitud,
 Y no desampara a sus santos.
 Para siempre serán guardados;
 Mas la descendencia de los impíos será destruida. Los justos heredarán la tierra,
 Y vivirán para siempre sobre ella. La boca del justo habla sabiduría,
 Y su lengua habla justicia. La ley de su Dios está en su corazón;
 Por tanto,  sus pies no resbalarán. Acecha el impío al justo,
 Y procura matarlo. Jehová no lo dejará en sus manos,
 Ni lo condenará cuando le juzgaren. Espera en Jehová,  y guarda su camino,
 Y él te exaltará para heredar la tierra;
 Cuando sean destruidos los pecadores,  lo verás. Vi yo al impío sumamente enaltecido,
 Y que se extendía como laurel verde. Pero él pasó,  y he aquí ya no estaba;
 Lo busqué,  y no fue hallado. Considera al íntegro,  y mira al justo;
 Porque hay un final dichoso para el hombre de paz. Mas los transgresores serán todos a una destruidos;
 La posteridad de los impíos será extinguida. Pero la salvación de los justos es de Jehová,
 Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia. Jehová los ayudará y los librará;
 Los libertará de los impíos,  y los salvará,
 Por cuanto en él esperaron.
(Salmos 37:1-40 RV60)


Recordemos...

Mía es la venganza y la retribución;
 A su tiempo su pie resbalará,
 Porque el día de su aflicción está cercano,
 Y lo que les está preparado se apresura.
(Deuteronomio 32:35 RV60)



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