Es, pues, la fe la certeza de lo
que se espera, la convicción de lo
que no se ve.
(Hebreos 11:1 RV60)
La palabra fé significa mucho más que creer, realmente
significa ser fiel. Una definición más acertada es “confianza que produce
fidelidad y lealtad”. Yo confío en Dios y le soy fiel y leal, eso es tener fé.
La fé viene por el oir la Palabra de Dios. Podemos aumentar
nuestra fé leyendo las profecías que se han cumplido. De esta forma tendremos
certeza que las que aún no se han cumplido se cumplirán. La profecía es un mensaje
o revelación de Dios de un acontecimiento futuro.
Profecía de Jonás
La profecía de Jonás nos habla, además de la
muerte y resurrección de Jesús, de la destrucción de Jerusalén por falta de
arrepentimiento. El pueblo de Nínive se arrepintió a la predicación de Jonás y
su ciudad no fue destruída. Jerusalén no se arrepintió a la predicación de
Jesús y la ciudad fue destruída 40 años después, año 70 D.C.
Y apiñándose las multitudes, comenzó a decir:
Esta
generación es mala; demanda señal, pero señal no
le será dada, sino la señal de Jonás. Porque así como Jonás fue señal a los ninivitas, también lo será el Hijo del
Hombre a esta generación. La reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación, y los condenará; porque
ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí
más que Salomón en este lugar. Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán;
porque a la predicación de Jonás se arrepintieron, y he aquí más que Jonás en
este lugar.
(Lucas 11:29-32 RV60)
Jonás profetizó que la ciudad de
Nínive sería destruída en 40 días.
Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba
diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive
será destruida.
(Jonás 3:4 RV60)
Para entender la profecía
tenemos que Dios asigna 1 año por cada día como lo vemos en la Torá y en la
profecía de Ezequiel.
Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis
vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi
castigo.
(Números 14:34 RV60)
Cumplidos éstos, te acostarás sobre tu lado derecho segunda vez, y llevarás la
maldad de la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por año te lo he
dado.
(Ezequiel 4:6 RV60)
30 D.C. + 40 años = 70 D.C.
Así, pues, fué
tomada la ciudad de Jerusalén el segundo año del imperio de Vespasiano, a ocho
días del mes de septiembre, y habiendo sido antes tomada cinco veces, ahora fué
del todo destruida.
(Capítulo XVIII, La Guerra de los
Judíos VII – Flavio Josefo)
En el año 30 D.C., cuando Jesús entró por última vez a
la ciudad de Jerusalén, profetizó de su destrucción.
Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para
tu paz! Mas ahora está encubierto de tus
ojos. Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te
sitiarán, y por todas partes te estrecharán, y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre
piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación. Y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a todos los que vendían y compraban en él,
(Lucas 19:41-45 RV60)
Daniel también lo había profetizado.
Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y no por
sí: y el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá á la ciudad y el
santuario; con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra será
talada con asolamientos. Y en otra semana confirmará el pacto á muchos, y á la
mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda: después con la
muchedumbre de las abominaciones será el desolar, y esto hasta una entera
consumación; y derramaráse la ya determinada sobre el pueblo asolado.
(Daniel 9:26-27 SRV)
Profecía de Oseas
La profecía de Oséas nos habla, de entre otras
cosas, del futuro de Israel, su restauración y el reino milenial (1ra
resurreción). Israel fue divido en dos reinos que luego fueron destruidos. El
reino del Norte (también conocido como reino de Israel porque la mayoría de las
12 tribus – 10 de ellas- se ubicaron ahí) fue destruido por los Asirios. Solo
quedó el reino del Sur (también conocido como reino de Judá porque sólo 2
tribus quedaron, Judá y Benjamín) fue destruido más tarde por los Babilonios.
Hablando el profeta acerca de la destrucción del reino
del Norte nos dice que retornarián después de dos días y al tercer día vivirián
delante de Dios.
Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. Nos dará vida
después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de
él.
(Oseas 6:1-2 RV60)
Lo mismo que en la profecía de
Jonás tenemos que para Dios un día es como mil años.
Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor
un día es como mil años, y mil años como un día.
(2 Pedro 3:8 RV60)
Porque mil años delante de tus ojos
Son como el día de ayer, que
pasó,
Y como una de las vigilias de la
noche.
(Salmos 90:4 RV60)
Podemos entender la profecía de
Oséas como “Nos dará
vida después de dos mil años; en el tercer milenio nos resucitará, y viviremos
delante de él.”
Sólo las tribus de Judá y
Benjamín regresaron a la tierra de Israel después del cautiverio de 70 años en
Babilonia. Las otras 10 tribus continuaron dispersas. Sin embargo las tribus de
Judá y Benjamín volvieron a ser dispersadas como vemos en la profecía de
Zacarías, cuando el Mesías (el buen pastor de Israel Juan- 10:11) fue
crucificado y más tarde la ciudad de Jerusalén destruida dando comienzo a la
diáspora judía. Vemos en el libro de Hechos de los Apóstoles el comienzo de la dispersión
(la persecusión) y más tarde las guerras de Judea contra Roma (ver historiado
Flavio Josefo) causando la destrucción de la ciudad de Jerusalén y su templo; y
el cautiverio de los Judíos por todo el imperio romano.
Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño
serán dispersadas.
(Mateo 26:31 RV60)
Levántate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío, dice
Jehová de los ejércitos. Hiere al
pastor, y serán dispersadas las ovejas; y haré volver mi mano contra los
pequeñitos.
(Zacarías 13:7 RV60)
Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y
Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles
se cumplan.
(Lucas 21:24 RV60)
Tomando el año 30 D.C. como
punto de partida de la dispersión y sumando 2 mil años tenemos:
30 D.C. + 2 mil años = 2030 D.C.
En el año 1948 D.C. la nación de
Israel volvió a formarse después de casi 2 mil años en el exilio (desde el año
135 D.C. cuando Roma derrotó finalmente a los Judíos dispersándolos nuevamente).
Después de dos milenios, el segundo milenio comenzó en el año 1030 D.C., la
nación de Israel volvió a nacer y muchos Judíos han regresado a la tierra de Israel
como fue profetizado por Oséas: “nos dará vida después de 2 días”.
Ahora falta el cumplimiento futuro
de la resurrección que será al comienzo del tercer milenio: “en el tercer
día nos resucitará”.
En la Torá vemos que Dios le dijo al pueblo hebreo que
se santificarán y lavasen sus vestidos en
dos días porque al tercer día descendería.
Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y
santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos, y estén preparados para el día
tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el pueblo sobre
el monte de Sinaí.
(Éxodo 19:10-11 RV60)
Lavar los vestidos tiene que ver
con arrepentimiento y perdón de los pecados, esto sólo se logra reconociendo la
obra expiatoria de Jesús el Mesías. El tercer día es el comienzo del reino
milenial, la primera resurrección como vemos en la profecía de Apocalipsis.
Bienaventurado y santo el que
tiene parte en la primera resurrección; la
segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios
y de Cristo, y reinarán con él mil años.
(Apocalipsis 20:6 RV60)
Resumiendo la profecía de Oséas
tenemos:
30 D.C. = comienzo
de la dispersión de las ovejas (Israel)
1030 D.C. = comienzo del 2ndo milenio (re-nacimiento
de Israel)
2030 D. C.= comienzo del tercer milenio (resurrección de Israel)
Profecía de Daniel
La profecía de Daniel nos habla del plan de
Dios para expiar los pecados de su pueblo. Específicamente nos dá la fecha del comienzo
del ministerio del Mesías y de su muerte, además del final del sacerdocio
levítico.
Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la
prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la
justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de
los santos. Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para
restaurar y edificar á Jerusalem hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas,
y sesenta y dos semanas; tornaráse á edificar la plaza y el muro en tiempos
angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al
Mesías, y no por sí: y el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá á la
ciudad y el santuario; con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la
guerra será talada con asolamientos. Y en otra semana confirmará el pacto á
muchos, y á la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda:
después con la muchedumbre de las abominaciones será el desolar, y esto hasta
una entera consumación; y derramaráse la ya determinada sobre el pueblo
asolado.
(Daniel 9:24-27 SRV)
Nuevamente tenemos que Dios
asigna 1 día por cada año entendiéndose entonces que tenemos 70 semanas de 7
días que equivale a 490 años (70 x 7). En 490 años
se pondría fin al pecado de
Israel mediante la expiación de una vez para siempre por medio del Mesías quien
sería ungido y establecería la justicia perdurable cumpliéndose así las profecías
acerca de él.
Para calcular la fecha de la aparición del
Mesías tomaremos en cuenta el decreto para restaurar y edificar a Jerusalén. El
Mesías aparecería en la semana 69.
7 semanas + 62 semanas = 69 semanas x 7 = 483 años + 1 (año cero no existe)
Hubieron 4 decretos para salir a reconstruir el templo,
la ciudad y sus murallas.
Ciro II
36 A.C. (536 A.C. + 483 años = 55 D.C.)
Dario
I 520 A.C. (520 A.C. + 483 años
= 37 D.C.)
Artajerjes I
457 A.C. (457 A.C. + 483 años = 27 D.C.)
Artajerjes I
444 A.C. (444 A.C. + 483 años = 40 D.C.)
En Lucas tenemos que Jesús tenía
cerca de 30 años cuando fue bautizado (ungido por Dios).
Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando,
el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma
corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia. Jesús mismo al
comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo,
según se creía, de José, hijo de Elí,
(Lucas 3:21-23 RV60)
Por lo tanto la fecha del
decreto para restaurar y edificar a Jerusalén mencionada en la profecía de
Daniel tiene que ser el año 457 A.C.
Artajerjes I
457 A.C. (457 A.C. + 483 años = 27 D.C.)
Artajerjes, rey de los reyes, á Esdras sacerdote, escriba perfecto de la ley del Dios del cielo:
Salud, etc. Por mí es dado mandamiento, que cualquiera que quisiere en mi
reino, del pueblo de Israel y de sus sacerdotes y Levitas, ir contigo á
Jerusalem, vaya.
(Esdras 7:12-13 SRV)
Esto nos dá que el bautismo y comienzo del ministerio
de Jesús fue en el año 27 D.C.
Podemos calcular la fecha de la muerte del Mesías
tomando en cuenta la última semana, la semana 70.
"a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio
y la ofrenda" ( 3 años y medio ó 3 años, 27 D.C. + 3 años = 30 DC.)
Podemos corroborar la fecha con la profecía de Jonás.
Profecía de Jonás (70 D.C. - 40 años = 30 D.C.)
Daniel 9:26 es un resumen de la
última semana
Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por
sí; y el pueblo de un príncipe que ha de
venir destruirá la ciudad y el santuario;
y su fin será con inundación, y
hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.
(Daniel 9:26 RV60)
Daniel 9:27 detalla la última semana.
Y en otra semana confirmará el pacto á muchos, y á la mitad de la semana hará cesar el sacrificio
y la ofrenda: después con la muchedumbre de las abominaciones será el desolar,
y esto hasta una entera consumación; y derramaráse la ya determinada sobre el
pueblo asolado.
(Daniel 9:27 SRV)
En resumen, la profecía de Daniel fue
cumplida con el bautismo de Jesús, su muerte y la destrucción del templo.
1. Se unge el Santo de los santos. (Bautismo de Jesús)
2. Se confirma el Pacto con muchos por una semana. (Nuevo Pacto)
3. A la mitad de la semana se hace cesar el sacrificio y la ofrenda. (Crucificción)
4. Se quita la vida al Mesías, mas no por sí. (Crucificción)
5. Se pone fin a la transgresión. (Crucificción)
6. Se pone fin al pecado. (Crucificción)
7. La iniquidad es expiada. (Crucificción)
8. La justicia perdurable se establece. (Crucificción)
9. La visión y la profecía es sellada. (Crucificción)
10. Jerusalén y el Templo son destruidos (año 70 D.C.)
2. Se confirma el Pacto con muchos por una semana. (Nuevo Pacto)
3. A la mitad de la semana se hace cesar el sacrificio y la ofrenda. (Crucificción)
4. Se quita la vida al Mesías, mas no por sí. (Crucificción)
5. Se pone fin a la transgresión. (Crucificción)
6. Se pone fin al pecado. (Crucificción)
7. La iniquidad es expiada. (Crucificción)
8. La justicia perdurable se establece. (Crucificción)
9. La visión y la profecía es sellada. (Crucificción)
10. Jerusalén y el Templo son destruidos (año 70 D.C.)
Ver comentario sobre la profecía
de Daniel para más detalles.
Profecía de Jesús
La profecía de Jesús, en Mateo 24, nos habla
de la destrucción del templo y la ciudad de Jerusalén, del fin de la era del
sacerdocio levítico, y de la segunda venida del Mesías.
Y estando sentado en el monte de los Olivos, se le
acercaron los discípulos en privado, diciendo:
Dinos, ¿cuándo será esto, y cuál° la señal de tu venida,° y de la
consumación de la era?
(Mateo 24:3 BTX3)
¿Cuándo será el templo destruido? ¿Cuándo
será la señal de venida y del fin de la era del sacerdocio levítico? Si el templo va a ser destruido los que
ministran en el templo no podrán hacerlo más por lo tanto su sacerdocio termina,
es el fin de esa era. La palabra griega usada aquí es aión que significa era, y
no kosmos que significa mundo.
Señales del fin de la era del sacerdocio levítico:
1. Falsos mesías (Hechos 5:36-37, Hechos 8:9-11) – Teudas, Judas el
Galileo, Simón el Mago (Antigüedades Judías – Libro XX, La Guerra de los Judíos
– Libro II y VI - Flavio Josefo), 1 Juan 2:18 y 4:1
2. Guerras y rumores de guerras (Libro Primero de las Historias de Cayo
Cornelio Tácito (69 – 70 d.C.) y La Guerra de los Judíos – Libro IV (67 – 69
d.C.)
3. Hambres (Hechos 11:28) - La Guerra de los Judíos – Libro VI (70 d.C.)
4. Pestilencias (Cayo Cornelio Tácito. Anales, Libro XVI; Las Guerras de
los Judíos – Libro VI (70 d.C.)).
5. Terremotos (Mateo 27:54, 28:2; Hechos 16:26) - Cayo Cornelio Tácito.
Anales, Libro XII, XIV, XV; La Guerra de los Judíos – Libro IV (67-69 d.C.)
6. Grandes señales del cielo (Lucas 21:10-11)- La Guerra de los Judíos –
Libro VI (70 d.C.); Libro Quinto de las Historias de Cayo Cornelio Tácito (69 –
70 d.C.)
7. Aborrecidos, entregados a tribulación por causa de Jesús (Hechos
12:1-5, Juan 13:36, Marcos 13:9, Hechos 4:1-3, 6:11-12, 18:12, 24, 26, Juan 16:
1-4)
Estas son las señales que indican el fin del sacerdocio levítico y la
destrucción del templo. La gran tribulación fue la sufrida por el pueblo Judío
durante las guerras con Roma. La señal del Hijo del Hombre es la ascensión del
Mesías al cielo (Mateo 16:28) y el comienzo de la re-unificación de los Hijos
de Israel dispersos por el mundo (Juan 11:51-52). Aquella generación (la de los
discípulos de Jesús verían la destrucción del templo y el fin de la era del
sacerdocio levítico). La segunda venida no la verían y será de forma inesperada,
como lo fue el diluvio en los días de Noé y la destrucción de Sodoma y Gomorra
en los días de Lot en un tiempo de “paz y seguridad”( 1 Tesalonisences 5:2-3).
Nota: La palabra griega para retorno/regreso de Jesús es parousía. La
palabra griega para llegar/entrar al cielo mencionada en Mateo 24:30 es érjomai
y no se debe traducir como venida para indicar retorno/regreso de Jesús.
Ver comentario
de Mateo 24 para más detalles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario