Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia restringen la verdad. Pero lo que se conoce acerca de Dios es evidente dentro de ellos, pues Dios se lo hizo evidente. Porque desde la creación del mundo, Sus atributos invisibles, Su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que ellos no tienen excusa. Pues aunque conocían a Dios, no lo honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos. Porque ellos cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos. Amén.
(Romanos 1:18-25 Spanish NBLA)
La cosmología heliocéntrica es perversa y maligna. Ésta nos dice que vivimos en un sistema solar compuesto por un sol y planetas que giran alrededor de el y que componen nuestra galaxia en un espacio inifinito lleno de millones de galaxias.
La verdad es que la tierra es plana y estacionaria, cubierta por un domo o cúpula que es el firmamento, donde se encuentran las estrellas que son luces y no planetas. El sol y la luna también son luces y se encuentran muy cerca de la tierra. Arriba del firmamento hay agua y luz y es donde se encuentra el trono de Dios.
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