"El hombre libre no es el que no se encuentra en una cárcel, pues hay presos que son libres pensadores y hay libres presos de sus pensamientos; el hombre libre tampoco es aquel que hace lo que quiere, ese es un esclavo de sus impulsos, el verdadero hombre libre es aquel que logró liberarse de sus impulsos y ha crecido espiritualmente a un nivel desconocido por aquel que es esclavo de sus impulsos. El hombre libre es aquel que experimentó “la Torá de Libertad” (ver Carta de Iaaqov Ben Iosef) y se liberó de su inclinación al mal, como dijo David “Andaré en libertad porque busco tus mandamientos” (Tehilim 119.45).
Solo así, apartado de la mentira, la falsedad, la hipocresía, de lo que no es la realidad, es que el hombre puede vivir cada aspecto de su vida acorde a la Verdad, no como el carnicero que es extremista en el procedimiento de matar al animal pero sin embargo a la hora de vender no tiene pesas justas, o del que tiene pesas justas y mata al animal sin conciencia de que es su prójimo (al que debe amar como a él mismo) quien comerá de esa carne. O de aquel que pide perdón al Todopoderoso y no perdona a su prójimo en su corazón, tal persona no conoce la verdad del perdón." --Avdiel Ben Oved
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