Salmos 5:1-13 BJ3
(1) Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De
David.
(2) Escucha mi palabra, Yahvé, repara en mi
plegaria,
(3) atento a mis gritos de auxilio, rey mío y
Dios mío. ¡A ti te suplico,
(4) Yahvé! Por la mañana escuchas mi voz, por la
mañana me preparo para ti y quedo a la espera.
(5) No eres un Dios que ame el mal, ni es tu
huésped el malvado;
(6) no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
(7) acabas con los mentirosos; al asesino y al
hipócrita los aborrece Yahvé.
(8) Pero yo, por lo mucho que nos quieres, me
atrevo a entrar en tu Casa, a postrarme ante tu santo Templo, lleno de respeto
hacia ti.
(9) Guíame, Yahvé, con tu justicia, responde así
a mis adversarios, allana tu camino a mi paso.
(10) Que no hay firmeza en sus palabras, por
dentro están llenos de malicia; sepulcro abierto es su garganta, su lengua
habla con halagos.
(11) Trátalos, oh Dios, como culpables, haz que
fracasen sus planes; expúlsalos, que están llenos de crímenes, que se han
rebelado contra ti.
(12) Se alegrarán los que se acogen a ti, gritarán
alborozados por siempre; tú los protegerás, en ti disfrutarán los que aman tu
nombre.
(13) Tú bendices al inocente, Yahvé, lo rodea como
escudo tu favor.
Jeremías 31:18-20 BTX3
(18) Oí atentamente el lamento de Efraín: Me
azotaste, Fui castigado como novillo indómito; Conviérteme, y seré convertido,
Porque Tú eres YHVH mi Dios.
(19) Si me aparté, después me arrepentí: Reconocí
mi falta y herí mi muslo; Me avergoncé y aún quedé confuso, Porque llevaba la
afrenta de mi juventud.
(20) ¿No es Efraín un hijo precioso para mí? ¿No
es un niño en quien me deleito? Porque aun cuando lo reprendo, Me acuerdo de él
con ternura, Mis entrañas se conmueven y cedo a la compasión, dice YHVH.
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