"Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Iaacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo último de la tierra". (Ieshaiáju 49:6)
Esta profecía nos dice claramente el propósito de El Eterno con respecto a su elegido, su Siervo, reunificar a las doce tribus de Israel, restaurar a la nación de Israel para que ésta cumpla el propósito de ella, ser luz a las naciones, y todos vengan a conocer al elojím de Israel, IHVH, y sean liberados de la idolatría producto de la mala inclinación del hombre de la cual están plagadas las demás naciones. Pero para ello primeramente debe restaurar a la nación de Israel expiando sus pecados (transgreciones a la instrucción del Eterno). Es por medio de su Siervo, el Escogido, como Elojím hará esto. El profeta dice del Siervo de IHVH lo siguiente:
He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi espíritu; él traerá justicia a las naciones. (Ieshaiáju 42:1)
Un retoño brotará del tronco de Ishaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el espíritu de IHVH; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de IHVH. (Ieshaíaju 11:1-2)
Y la autoridad descansará sobre sus hombros. Le pondrán por nombre: Péle-Yoéts 'El- Guibór Avi-Ad Sar-Shalóm Admirable Consejero, Poderoso Héroe, Padre Perpetuo, Príncipe de Paz (Ieshaíaju 9:6)Cuando el maláj del Eterno se le apareció a Miriam le dijo estas palabras:
Darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ieshúa (Salvador), porque él salvará a su pueblo de sus pecados. (Mateo 1:21)Cuando los principales de los cohaním y los perushím se reunieron para buscar la forma de aprender a Ieshúa, Caiafá, el cohen gadol dijo éstas palabras proféticas sin saberlo.
Entonces uno de ellos, Caiafá, que era cohen gadol en aquel año, les dijo: “Ustedes no saben nada; ni consideran que les conviene que un solo hombre muera por el pueblo, y no que perezca toda la nación”. Pero esto no lo dijo de sí mismo; sino que, como era el cohen gadol de aquel año, profetizó que Ieshúa había de morir por la nación; y no solamente por la nación, sino también para reunificar a los hijos de Elojím que estaban esparcidos. (Lazar 11:49-52)
Los hijos de Elojím que estaban esparcidos son los hijos de Israel, las tribus de Iaacob. El profeta Ieshaiáju dijo lo siguiente acerca de cuando y como sería ésta reunificación, está escrito:
En ese día, el retoño de Ishaí que ha quedado en pie vendrá a ser una bandera para los pueblos –las naciones buscarán su consejo y su morada será honrosa. En ese día, IHVH volverá a poner su mano para redimir la otra parte de su pueblo desde Ashur – como también desde Mitsráyim, Patros, Kush, Elam, Shinar, Hamat y las costas del mar. Él levantará una señal para las naciones, y juntará a los desterrados de Israel, y reunirá a los dispersos de Iehudah desde los cuatro extremos de la tierra.
(Ieshaíaju 11:10-12)
Los desterrados de Israel, y los dispersos de Iehudah son los dos reinos o naciones en las que fue dividido el reinado de Shelomó por causa de su apostasía. El reino de Israel fue desterrado tal como fue profetizado por Hoshéa.
De nuevo concibió, y dio a luz una hija. Le dijo: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no seguiré compadeciéndome de la casa de Israel para perdonarlos. (Hoshéa 1:6)
Cuando destetó a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo. Le dijo: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo ni Yo seré para vosotros su elojím. (Hoshéa 1:8-9)
El reino de Israel fue destruído y sus habitantes desterrados. El reino de Iehudá fue esparcido tal como Ieshúa mismo profetizó.
Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Ierushaláim será hollada por los gentiles, hasta que se cumplan los tiempos de los gentiles.
(Shila 21:24)
Kefá, un emisario de Ieshúa el Mashíaj, a los desterrados en la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según el designio de Abba Elojím en consagración del espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Ieshúa el Mashíaj: jesed y shalom os sea multiplicada. (Kefá alef 1:1-2)
Iaacob, un siervo de Elojím y del Adón Ieshúa el Mashíaj, a las doce tribus que están en la dispersión: ¡Shalom! (Iaacob 1:1)
Las doce tribus que aun se encuentran en la dispersión, en el exilio, y que de acuerdo a las profecías de Iejezquel serán todas reunificadas nuevamente y llevadas a la tierra prometida a Abraham, Itzjáq y Iaacob en los ajarít haiamín.
Y las naciones sabrán que la casa de Israel fue llevada cautiva por su pecado, por cuanto se rebelaron contra mí, y Yo les oculté mi rostro, y los entregué en manos de sus enemigos, y todos ellos cayeron a espada. Conforme a su inmundicia y conforme a sus rebeliones que hice con ellos, y les oculté mi rostro. Por tanto, así dice Adonai IHVH: Ahora haré volver la cautividad de Iaacob y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso por mi nombre kadosh. Y ellos sentirán vergüenza de toda su rebelión con que prevaricaron contra mí, cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya quien los espante, cuando los haya sacado de entre los pueblos, y reunido de la tierra de sus enemigos, y sea consagrado en ellos ante los ojos de muchas naciones. Y sabrán que Yo soy IHVH su Elojím, cuando después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra sin dejarme a ninguno de ellos. Y no volveré a ocultarles mi rostro, porque habré derramado de mi espíritu sobre la casa de Israel, dice Adonai IHVH. (Iejezquel 39:23-29)
Ieshúa murió por su pueblo, Israel. Y por medio de su pueblo salvará a las demás naciones en el olam haba, como está escrito.
Aquel día que las naciones buscarán a Aquél que es la raíz de Ishaí, El cual estará en pie como estandarte a los gentiles, Y su morada será gloriosa. (Ieshaíaju 11:10)
E irán muchos pueblos y dirán: ¡Venid, subamos al Monte de IHVH, A la Casa del Elojím de Iaacob! Él nos enseñará sus caminos, Y nosotros marcharemos por sus sendas, Porque de Zión saldrá la Instrucción y de Ierushaláim la palabra de IHVH. Él juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos. De sus espadas forjarán arados y de sus lanzas, hoces; No alzará la espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra. (Ieshaíaju 2:3-4)
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