Ciertamente Yo vengo pronto

La revelación de ישוע  el Mesías, que יהוה le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Y la declaró enviándola por medio de su mensajero celestial   a su siervo Iojanán, El cual ha dado testimonio de la Palabra de יהוה, y del testimonio de ישוע el Mesías, y de todas las cosas que ha visto.

Bendecido el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y vigilan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca. Iojanán, a las siete congregaciones que están en Asia:  Favor no merecido sea a ustedes y paz, de parte de El que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono, Y de ישוע el Mesías, el Testigo Fiel, el Primogénito de los muertos y el Soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos ha lavado de nuestros pecados con Su propia sangre, Y nos hizo reyes y sacerdotes para אלהא su Padre, a él sea la honra y autoridad por toda la eternidad. Que así sea.

He aquí que él viene con las nubes: todo ojo lo verá, y los que lo traspasaron; y todas las tribus de la tierra  se lamentarán por causa de él. Sí, Que así sea. Yo soy el Alef y la Tav ,el Principio y el Fin, dice el Adonai יהוה, El que es y que era y que ha de venir, el Todopoderso.  

(Revelación 1:1-8)

 Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo. Y vuelto, vi siete candelabros de oro,   Y en medio de los siete candelabros de oro a uno semejante al Ben Adam, vestido con una túnica que llegaba hasta los pies, y tenía el pecho ceñido con cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve, y sus ojos, como llamas de fuego; Y sus pies eran semejantes al bronce pulido refulgente como en un horno, y su voz como el estruendo de muchas aguas. Y en Su diestra tenía siete estrellas: de su boca salía una espada aguda de dos filos y su rostro era como el sol cuando resplandece con toda su fuerza. 

 Y cuando lo vi, caí a sus pies como muerto. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas. Yo soy el Primero y Yo soy el Último,  Yo soy El que vive. Estuve muerto, pero vivo por toda la eternidad. Que así sea. Y Yo tengo las llaves del sepulcro y de la muerte.  

(Revelación 1:12-18)