sábado, 16 de mayo de 2015

Mensaje a la congregación de Laodicea

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Yo desearía que fueras frío o caliente!  Pero por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, Te vomitaré de Mi boca.  Por cuanto tu dices: Yo soy rico, y me he enriquecido y de nada tengo necesidad. Pero no sabes que eres un desechado, miserable, pobre, ciego y estás desnudo.  Por tanto, Yo te aconsejo que compres de Mí oro refinado en el fuego para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez. Y unge tus ojos con colirio para que veas.  Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso y haz teshuvah.  He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye Mi voz y abre la puerta, Yo entraré a él y cenaré con él y él Conmigo.  Al vencedor le concederé que se siente Conmigo en Mi trono, así como Yo he vencido y Me he sentado con Mi Padre en Su trono.   
(Revelación 3:15-21)



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