Por I.B. El Camino
El propósito de las traducciones era llevar la Escritura a quienes no hablábamos el idioma original, tristemente el propósito actual ha cambiado y se ha convertido en un negocio competitivo, que busca sólo vender un producto al gusto del consumidor y que no se acerca más al texto original necesariamente.
El pensamiento hebreo es concreto, es decir para entender un concepto este tiene que poderse ver, oler, oír, tocar o gustar. El pensamiento griego, que es el que perméa en el pensamiento de casi toda la cultura occidental es abstracto, está basado en definiciones o descripciones externas del objeto o concepto.
Si te pido que me describas esta pluma puedo asegurarte que dirás algo como: "Es una pluma fuente, de color verde metálico con dorado, usa tinta china y tiene plumilla de caligrafía".
Si tu descripción es parecida a esta, entonces te diré: -"me acabas de dar una perfecta descripción griega de la pluma".
Ahora si le preguntáramos a un hebreo del tiempo de Moisés, que nos describiera la pluma, tal vez nos diría algo así: "Es lo que uso para escribir", Esto es una descripción oriental o hebrea basada en el uso del objeto y no en su apariencia exterior.
Si te pido definirme la palabra "oración" tal vez me dirás: "es comunicarme con Dios, expresándole sus atributos", pero en hebreo "oración" significa: "postrarse delante de la autoridad, presentando una súplica" y eso explica todo el concepto, sin tener que definir, "comunicación", "expresar", "atributos", etc.
La traducción incluye además, [Continuar leyendo]
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