*texto publicado por el Licenciado Yeuda Ribko en la página de internet Darjei Noam.(editado)
Lo que Ud. menciona como “cánticos graduales o de ascensión”, son los salmos (mizmorim) que comienzan con el verso introductorio que contiene estas palabras: Shir hamaalot.
Shir = cántico, canto, poema
hamaalot = de los peldaños (gradas, escalas, escalinatas); de la ascensión; con gradación (graduales); de ascensión gradual.
Estos salmos son en total 15, desde el 120 al 134 inclusive.,1 que son recitados como parte de la tefilat minjá de Shabbat entre Hoshaná Rabbá y Shabbat HaGadol.
Ahora que sabemos la ubicación dentro del Tanaj, y sus probables traducciones, intentemos alguna explicación para estas dos palabras.
El mizmor cantado, efectivamente, por los peregrinos en ascensión a Ierushalaim (durante los Shalosh Regalim) era el 130: “…de lo profundo clamé a Ti…”, (que es costumbre recitar en la actualidad durante los Diez Días de la Contrición, en la tefilá shajarit).
La razón para esto, es que buscaban el perdón de Dios por sus pecados, para conseguir la “elevación” espiritual imprescindible para presentarse ante la “presencia” de Dios, en Su Monte Santo. El mismo texto del salmo nos da un idea de ascensión, pues se comienza cantando desde lo profundo, en dirección al Eterno (lo excelso entre lo elevado), finalmente terminando con la esperanza del perdón, sinónimo a “proximidad” con el Eterno.
Por esto es que es conocido este salmo (exclusivamente) como el “cántico de los peregrinos”.
El lugar de recitación original y principal de estos salmos era en el Beit HaMikdash, sitio elegido por Dios para catapultar espiritualmente a las personas. Por lo cual, son conocidos como “salmos de ascensión”.
Entre el Mundo y Dios hay una infinita gradación de menor a mayor perfección. Es misión de los humanos caminar los peldaños en dirección a Dios, al mejoramiento. Y, como podemos advertir, se habla en estos salmos de “gradas” (en plural) y no de “grada”, para indicar que cada persona cuando modifica su “grado” de perfección lo hace en grandes medidas, y no en pequeños pasos; por lo cual, la responsabilidad es enorme, para no fracasar, y sí triunfar en lo que es realmente valioso.
El mizmor 127, dedicado a Shelomó, constructor del Templo, es precisamente la indicación de que el Templo tiene especial relevancia en estos salmos; lo debemos relacionar con el salmo 122 (en una interpretación de Macot 10a) que alaba a la persona que tiene como meta Dios (cuya “morada” está en Ierushalaim).
Estos salmos eran cantados y musicalizados por los leviim en el Templo, un salmo por cada peldaño que ascendían. Para comprender esto, debemos recordar que entre la sección de varones judíos, y la zona de mujeres existían 15 escalones, mismo número que el de estos salmos (Sucá 51b).
Ibn Ezra nos da una idea complementaria. Además de la ascensión espiritual, aparte de los escalones en el Templo, debemos comprender el “cántico gradual”, como una indicación musical, perdida en la actualidad, seguramente de un tono gradualmente ascendente.
Otras frases introductorias en los salmos tendrían similar intención musical (“maskil leDavid“, “lamenatzeaj“, “haielet hashajar“, etc.)
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