Para muchos judíos, Satanás es una tendencia al mal innata en el hombre. “No existe fuente alguna en la Tora y el Talmud que haga referencia al Satán como un ente maligno con conciencia propia y autoridad. el Satán es, como la Tora lo indica al designarlo con el nombre Satán, como una fuerza desviadora de un camino, esas fuerzas son enviadas y creadas por Dios para cumplir con un objetivo así como Dios crea el viento o la gravedad y el sol y les encomienda actuar sobre la naturaleza así también lo hace con las fuerzas espirituales y así como la Tora utiliza el antropomorfismo metafórico para dar más fuerza a sus mensajes con los poderes naturales terrenales - devarim 32 , también lo hace con los poderes espirituales como en Job, pero no es un ser como el hombre que piensa decide y actúa por su propia cuenta , es solo una parábola.
El Satán de acuerdo a todos nuestros pensadores no es mas que una referencia metafórica a las inclinaciones del hombre que tiene hacia el mal, de allí el nombre Satán desviador, no es un ser con malas intenciones que quiere destruir al hombre y fomentar el pecado como se concibe en ciertas culturas donde existe una guerra universal entre el bien y el mal. La guerra existe pero en el interior de cada espíritu humano, los seres y poderes espirituales así como las criaturas y fuerzas terrenales carecen de autoconciencia y libre albedrío, solo son elementos que cumplen con una función, carecen de intenciones malas o buenas; solo el hombre posee intenciones, posee autoconciencia, fue el único que comió de árbol del bien y el mal y el único que puede practicarlos, el único creado a imagen y semejanza divina. El Talmud dice "el Satán no es más que el instinto malo" - baba batra 15 - el instinto malo es parte nuestra.”[12].
“Satanás actúa solamente a partir de las órdenes de Dios. Satanás no es malo, sino que es enviado por Dios. Es el ángel que debe probar a los hombres y el que recibió la tarea más fea y más temible, pero en cierto sentido, más divina. Porque al final, Satanás, es el que te acerca a Dios cuando tu mueres. Para nosotros es un ángel, y no un ángel caído: Dios no lo ha expulsado del Cielo. Voy a decir más, es el ángel predilecto de Dios…Satanás acusa a los malos porque protege a los indefensos. De hecho es Satanás en el Día del Juicio quien juzgará a los tiranos. Por lo tanto es ejecutor de la justicia de Dios, y no su violador…Si quieres culpar a alguien en este escenario, culpa al Todopoderoso: Satanás es inocente”[13].
[12] “El Judaísmo frente a los dilemas satánicos”, Rabino Isaac A. Sacca. (www.shabuatov.com)
[13] “Satanás, el ángel de la justicia”. Sharonah Fredericko y Marcelo Kisilevski
Fuente: El Olam haba, o el Más Allá en el Judaísmo I por Hna. María del Cielo
Lo anterior concuerda con lo que enseñaron Yeshúa y su emisario Shaúl. El mal se ecuentra en nosotros mismos. no en un ser ajeno. Observe lo siguiente:
El gran sabio y maestro judío, que nosotros consideramos como el Rey prometido a Israel (Mesías) dijo en una ocasión:
Porque del corazón salen los malos pensamientos, muertes, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, blasfemias.
(Mateo 15:19 RVR2011)
Y unos de sus grandes emisarios, y díscípulo del maestro Gamaliel, Shaúl de Tarso dijo en unas de sus cartas:
Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido a sujeción del pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; ni lo que quiero, hago; antes lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no obro yo aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí (es a saber, en mi carne) no mora el bien: porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo. Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago. Y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el mal que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley del Poderoso: Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte? Gracias doy al Poderoso, por Yahshúa el Mesías Maestro nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley del Poderoso, mas con la carne a la ley del pecado.
(Romanos 7:14-25 RVR2011)
Ambas declaraciones están a tono con la cita del artículo encontrada arriba. Yeshúa y Shaúl son judíos, no cristianos. ¿Por qué entonces no les hacemos caso y cambiamos nuestras creencias por el de las gentes de las demás naciones? Muy bien sabido es que la cultura helénica influenció mucho la mente de los Padres de la Iglesia a la hora de interpretar escritos de contexto hebreo (el NT aunque se encuentra en griego son escritos hebreos, así como lo es la Septuaginta o version griega del AT). En la filosofía griega existe el concepto de la filosofía dualista: la lucha entre el bien y el mal; es de esta filosofía que salen los conceptos que se tienen hoy día como verdades bíblicas acerca de dos poderes antagónicos que luchan entre sí: el bien y el mal, Dios y Satanás.
El que hace pecado, es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo del Poderoso, para deshacer las obras del diablo.
(1 Juan 3:8 RVR2011)
Esto es:
El que transgrede la Torah (pecado), se deja llevar por su inclinación al mal; porque la inclinación al mal hace transgreder la Torah desde el principio, desde Adán. Para esto apareció el Escogido del Poderoso, para deshacer las obras de la inclinación al mal y llevarnos a hacer el bien, a obedecer la Torah (enseñanza del Eterno).
De esto se trata el nuevo pacto:
Mas éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Yahweh: Daré mi ley en sus entrañas, y la escribiré en sus corazones; y seré yo a ellos por Poderoso, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Yahweh; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Yahweh; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
(Jeremías 31:33-34 RVR2011)
Esto es:
Y les daré un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes; y quitaré de su carne el corazón de piedra, y les daré un corazón de carne. Y pondré dentro de ustedes mi espíritu, y haré que anden en mis mandamientos, y guarden mis derechos, y los pongan por obra.
(Ezequiel 36:26-27 RVR2011)
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