viernes, 21 de octubre de 2011

Recordemos siempre el Primer Mandamiento

Lamentablemente por la gran influencia que han tenido ciertas doctrinas religiosas que se han convertido atravez de los años en "verdades bíblicas" y que las han hecho eje central y nucleo de la fe cristiana no podemos comprender la verdades encontradas en las Sagradas Escrituras. Debido a esto el islamismo ha podido sacarle ventaja ya que ellos piensan que todos los cristianos creen lo mismo, la trinidad del Creador o la deidad de Jesús.

Jesús mismo, siendo un maestro judío, enseñó que el Creador es único y que no es él.

En una ocasión un escriba le hizo la siguiente pregunta:


Acercándose uno de los escribas,  que los había oído disputar,  y sabía que les había respondido bien,  le preguntó:  ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús le respondió:  El primer mandamiento de todos es:  Oye,  Israel;  el Señor nuestro Dios,  el Señor uno es. 
(Marcos 12:28-29 RV60)

A lo cual el escriba le contestó:

Entonces el escriba le dijo:  Bien,  Maestro,  verdad has dicho,  que uno es Dios,  y no hay otro fuera de él
(Marcos 12:32 RV60)


Y además de esto en una ocasión Jesús elevó una oración al Padre y dijo:


Y esta es la vida eterna:  que te conozcan a ti,  el único Dios verdadero,  y a Jesucristo,  a quien has enviado.
(Juan 17:3 RV60)

Sin embargo a pesar de esta gran evidencia la gente persiste en creer en la doctrina trinitaria, la deidad de Jesús y de su pre-existencia. Y hasta temen a otras deidades falsas (ídolos) creados por los hombres como la del ángel caído, Satanás o  Diablo. Por eso el mandamiento en la Torah fue muy claro:

¡OYE! ¡ESCUCHA¡ ¡PRESTA ATENCIÖN!

¡YHWH nuestra deidad, YHWH es uno y no hay otro fuera de él!

Aquí les dejo dos excelentes artículos para que puedan comprender quien es el Creador y quien es Cristo; y la relación entre ambos. Leánlo cuidadosamente, estudíenlo con una mente abierta a la enseñanza y mediten sobre ello.

Mi intención no es el de convencerlos sino el de enseñarles. Ustedes deciden si quieren seguir creyendo lo que siempre han creído o quieren aprender la verdad expuesta en las Sagradas Escrituras solamente.






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